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Malos tiempos para el dinero, malos tiempos para la amistad

por hijadecristalero
Fotografía en contexto original:escribiendoasolas

Este trimestre está siendo criminal, y paso los fines de semana en casa, que es la mejor manera de no gastar ni un céntimo de más, escribiendo a destajo para presentarme a todos los concursos literarios cuyos premios rebasen los 1000 euros; leyendo relatos de Bukowski y ensayos de Oriana Fallaci.

Hace un par de años, el teléfono sonaba al menos dos o tres veces el sábado y otro tanto el domingo. Ahora parece que me he quedado sin amigos. Nadie me llama.

Unos porque están igual o peor que yo. Cuando no tienes suficiente dinero para vivir, no tienes otro tema de conversación y te conviertes en un maníaco insoportable, por lo que casi es mejor hacer vida de ermitaño.

Otros porque la crisis no les ha afectado y siguen haciendo la misma vida: se van fuera todos los puentes, siguen viajando en vacaciones, salen a comer a restaurantes, cambian de coche… Y, para no molestar, no llaman a quien no puede permitirse pagar una cena.

Unos y otros ayer eran amigos, pero cada día que pasa van teniendo menos cosas en común, y la distancia entre ellos se va agrandando.
Uno no llama a Otro porque no tiene dinero para decirle: vamos a tomar una caña, ni siquiera para invitarle a una paella en su casa.
Otro no llama a Uno porque no sabe ya cómo vadear el tema. Además, la última vez que quedaron, Otro se lamentó de no haber podido encontrar un vuelo para ir en Semana Santa a Bali.
Y vio en los ojos de Uno un brillo de odio que no le gustó nada.

17 respuestas a «Malos tiempos para el dinero, malos tiempos para la amistad»

Me parece fatal que mezclemos la amistad con el dinero. Para mí, cuando ocurre esto ni hay amistad, ni hay nada. Pero es una realidad, que esta ahí, cada dia somos menos. Un saludo guapa para ti que eres valiente y lo cuentas esto que sientes

Mi querida dueña, a mí también me gustaría que el dinero fuera algo ajeno a la amistad, y al amor, o a la familia.
Pero por desgracia no es así: el dinero impregna todos los órdenes de la vida.
Hay gente que se casa por dinero, gente que mata por dinero, gente que se esclaviza por dinero, gente que traiciona a los suyos por el dinero…
El dinero, nos guste o no, es algo de importancia fundamental en nuestras vidas.

Miguel: no lo dudes, ponte a escribir sobre ello.

Anónimo II: No sé si hablas conmigo, con «la dueña» o con Miguel. En cualquier caso, no entiendo lo que preguntas, supongo que te diriges a Miguel.

Tienes razón, no fui clara.

Puede que el asunto no sea para risas, pero me hizo reír. Y finalmente, nosotros ocupamos espacio; no serán ya las llamadas…

Son tiempos…
Ya diremos: «tiempos aquellos»

Puede que tengáis razón, pero cuanto más tragemos por ahí, menos de verdad somos, y sentimos. En el fondo, ¿ qué tiene que ver una cosas con la otra? si me quiero tomar un cafe contigo, a quién le importa quien lo page si realmente lo que importa es el momento y el sentimiento. Creo que la amistad también trata de sentimientos,no?

Dueña, tienes razón. ¿A quién le importa?

Pero imagínate la escena si después de disfrutado el momento y el sentimiento se hace obvio que por el no importa y por la amistad AMBOS han pensado que al otro no le importaría correr con la cuenta, y ninguno de los dos tiene para saldar la factura 🙁 .

Más vale que el dueño del bar o del restaurante sea miembro del club 😉 , porque el ¡Tierra Trágame! será de órdago.

pues te tomas una latita de cerveza o lo que sea en un parque que ya empieza el buen tiempo,joder!!!! no veas si ponemos condiciones a la amistad, o no te tomas nada, no?pero dónde está lo importante?

Nuestra experiencia en México suele ser diferente… cuando hay menos nos reunimos más porque en compañía se siente menos y porque poniendo un poco cada quien, en las comidas o cenas de «traje» (traje el pan, traje el guisado, traje la pasta, traje el vino, traje el postre) todos terminamos gastando menos y disfrutando más. A lo mejor podrían inventarse algo asi… un beso y que les sea leve

Aquí también hacemos la fiestas de «traje». Pero solemos hacerlas entre quienes estamos en la misma situación.A veces, quienes siguen teniendo una economía saneada participan en ellas.

Pero, como la situación se está prolongando demasiado, resulta difícil que Uno y Otro coincidan muchas veces. En el modus vivendi de Otro está el salir a comer a restaurantes, viajar, ir de compras… actividades que hasta hace poco compartía con Uno. Es inevitable que se vayan distanciando: ni Uno puede imponer a Otro que viva como un pobre y renuncie a su modus vivendi, ni Otro puede pedir a Uno que siga acompañándole en aquellas actividades que ya no puede permitirse.

Por supuesto, habrá amistades que resistan -yo misma sigo teniendo muchos amigos a los que les van bien las cosas-. Pero otras, se acabarán diluyendo a falta de cosas en común.

Qué gran verdad relatas, hijadecristalero. Parece que estuvieras contando, en unas líneas, parte de mi vida. Pero eso no es lo importante, lo preocupantes es que esto que cuentas está pasando.
Dios mío, ¿cómo retener a esos a quienes tanto quieres y adoras desde hace tantos años? ¿A tus hemanos, cansados de verte últimamente al borde de la agonía? ¿A tu hombre? A tu HOMBRE.
De verdad ¿qué hacer? ¿qué hacer? ¿qué hacer?

Eso no es cierto Carmen K., hay capital humano.

Estas situaciones difíciles son las que ponen a prueba el fondo de las relaciones (entre otras cosas); es como cuando el río se desborda y arrastra los árboles consigo, siempre hay árboles que estan bien afianzados al suelo, y con esos, no puede la riada.

Es un poco la aplicación de la máxima «lo que no te mata te hace más fuerte», aunque en este caso, por suerte, nadie muere, al menos en sentido literal.

Tal vez, Carmen, no te has arrimado al arbol adecuado…

Uy, sí, me ha faltado una palabra fundamental: «valor».
Lo que quería decir pues es: «Qué lástima que en la península Ibérica el VALOR que se le da al capital humano, sea igual a cero.
Hay muchííísimo capital humano de un valor incalculable.
Eso es lo que quería decir y quiero resaltar.
Lástima que a ese tesoro tan valiosísimo que tenemos aquí en capital humano, no se le haga caso alguno.
Lástima.
Voy a desayunar. Después de llevar 2h y 1/2 levantada, creo que es lo mejor que puedo hacer para intentar que mis dedos tecleen correctamente.
Salud para disfrutar de la Vida.

Capital humano hay de sobra, y el problema no es el valor que se le da… sino el escaso margen de beneficio que genera.

Para quienes solo persigan ese margen de beneficio… será un problema.
Para quienes persiguen preservar ese valor… que los tiburones se rompan los colmillos es una bendición.

Y en realidad no hay más problema que la creencia que sin margen de beneficio no se va a ninguna parte, una creencia que se retroalimenta por el mero hecho de que el margen de beneficio existe allí donde se sacrifica todo para conseguirlo, y sea un problema allí donde por no sacrificarlo todo al no poder existir genera una desventaja con respecto a los primeros.

No hay más problema que las pajas mentales del ser humano.

El capital humano genera pasta, pero no inmediata. Genera beneficio a medio plazo. El problema de este trozo de península que habitamos es, al igual que en otros países mediterráneos, que siempre se anda buscando la inmediatez, el aquí y ahora, y si es «por cojones», mejor.
Claro, esta filosofía genera «pan para hoy» y asegura una buena hambruna para mañana. Y por si acaso nos flojeara la memoria, recordemos que este país (también) ha dejado apenas unos pocos centímetros sin construir. Todo el mundo quiso hacerse rico inmediatamente recalificando (especulando) vendiendo y, en definitiva, esquilmando la gallina de los huevos de oro. Ahora es tiempo de lamentaciones, cuando debería ser tiempo de reflexión. Reflexión necesaria para no volver a caer en los mismísimos errores.
Recuerdo una entrevista que le hice a una arquitecta, Blanca Lleó. Una mujer creativa, brillante, innovadora y exitosa (premiada por El Mirador de Sanchinarro, Madrid). Ella insistía en la entrevista, en la importancia del capital humano como principal activo de una sociedad. Claro, sus primeros años no fueron fáciles. Pero se arrimó «al giri» (al bufete de arquitectura holandés MVRDV), donde encontró entendimiento, empatía. Desde hace muchos años, por donde pisa triunfa.
Su equipo está basado en ese valor fundamental para cualquier sociedad que quiera prosperar, el capital humano. Qué suerte tienen los que trabajan con la Lleó. Qué suerte tiene la Lleó.
Cuántas Blancas Lleó se necesitan, por ejemplo, en esta península.

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