por Marisol Oviaño Dos veces al año- una por hijo-, manda un mensaje al móvil de su exmujer: Te deseo mucha felicidad en tu cumpleaños. Te quiero mucho. Papá. Así calma el pobre diablo su conciencia. Hace años que no tiene ni idea de dónde ni cómo están sus hijos, jamás les llama, ni les […]
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