Y la fiesta se disolvió. Las conversaciones fueron apagándose, los invitados empezaron a buscar las ropas y al final salimos a la calle en fila. Hoy sé que esta era la Lange Beestenmarkt porque unas manzanas más adelante, justo antes de la avenida, veo un antiguo frente de madera pintado de negro y coronado de letras blancas.
-Es una destilería –dice el galés.
-Está aquí desde hace más de cien años –dice Supertoff.
-Es la mejor ginebra de La Haya –dice Steven.
Se trata del local de Van Kleef & Zoon y lo visitaría años más tarde. Quizá hasta lo cuente.
Los que seguimos con ganas de fiesta, que somos todos -los mismos que durante toda la vida tendríamos que haber dicho que no en algún momento pero siempre hemos dicho que sí— nos dirigimos a la plaza principal. Allí, entre varios locales cerrados se encuentra el Supermarkt, una disco decorada tipo saloon del Viejo Oeste. Explota de gente.
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