Miguel Pérez de Lema
Para los que hemos pasado la mitad de nuestra vida -probablemente la mitad buena- viviendo fútbol.
Y para los que no. A ver si aprenden algo.
Estadio Azteca. Marcelo Skornik/Andrés Calamaro
¿Metáfora de la drogaína? Puede ser, pero también nostalgia de los estadios, del primer estupor reverencial del niño entrar en un estadio, que no vuelve nunca más a ser igual, y de la pasión por los colores, agarrado al para avalanchas. En el estadio Azteca ganaron sus mundiales Pelé, en el 70, y Maradona, en el 86. Eso sí era droga.
Maradona. Andrés Calamaro
¿Has dicho Maradona? Maradona no es una persona cualquiera/ es un hombre pagado a una pelota de cuero/ tiene el don celestial de tratar muy bien al balón/ es un guerrero/. Calamaro, de nuevo, creó este himno pachanguero y reivindicativo del mayor crack de la historia del fútbol mundial. Más grande que la vida, para lo bueno y para lo malo. Ta ta ta, genio genio genio, barrilete cósmico.
Motivos de un sentimiento. Joaquín Sabina
Dejando de lado que a veces muere alguien en sus aledaños, el Calderón es uno de los «axis mundi» del fútbol y una de las mejores experiencias que puede alcanzar la vida humana. Sabina llenó este himno para el centenario del Atlético de Madrid de retranca, memoria y emoción. La lista de los reyes godos del Paseo de los Melancólicos.
Odio eterno al fútbol moderno. FRAC
Alguien tenía que decirlo, y lo hizo la FRAC. El fútbol moderno es un camelo porque la vida moderna es una mariconada. Nostalgia de la infancia y denuncia de la sustitución de la épica por el márketing. A Ronaldo querríamos verlo trotar en el patatal de Las Gaunas, y a Messi en un mano a mano con Goicoetxea…