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Choque de civilizaciones en la sociedad multicultural

por Marisol Oviaño
Imagen en contexto original: yotellevo

Turquía- Almería

Estaba hablando con una clienta cuando ha entrado un joven delgadísimo con una gran bolsa de viaje e inequívoco aspecto de moro pobre.

– Perdone, ¿puedo hacerle una pregunta?

Desconozco la razón, pero ahora ésa es la fórmula que utilizan quienes entran en la trinchera proscrita a pedir.

– Sí –he dicho sin disimular que me había puesto en guardia.
– ¿Tiene un mapa de Almería?

La pregunta me ha cogido por sorpresa, pues normalmente suele ser: “¿podría darme algo de dinero para…?”. He pensado que quizá las apariencias me habían engañado y que el tipo no había entrado a mendigar.

– No, yo no tengo mapas. Tienen en la papelería, al otro lado de la plaza.

El hombre se ha dado media vuelta, pero antes de llegar a la puerta ha cambiado de opinión y se ha dirigido a nosotras.

– Voy a un pueblo en Almería, Ejido. ¿Está lejos para ir andando?
Mi clienta y yo, ciudadanas del primer mundo, nos hemos mirado perplejas.
– Almería está lejísimos para ir andando –he contestado.
– Yo vengo andando desde Segovia –ha dicho para darnos a entender que es un gran caminante.
– Pero es que Almería está a setecientos kilómetros.
– ¿Setecientos? ¿Siete cero cero? –ha preguntado deseando haber entendido mal.
– Sí, siete cero cero, setecientos kilómetros.
– Pero eso son seis semanas y media andando…- ha calculado desalentado.
– Es que Almería está muy lejos, en el sur, está cerca de Marruecos.
– ¿Cerca de marroquí?
– Sí.
Ha suspirado tan, tan hondo, que por un momento he pensado que el pobre hombre había venido de Marruecos y había pasado Almería de largo muchas semanas antes.
– Yo soy turco –ha informado como si me hubiera leído el pensamiento.

La escritora que soy se ha quedado con ganas de invitarle a un té verde y decirle que me contara la odisea que sin lugar a dudas estaba viviendo. Pero entonces me habría sentido obligada a ayudarle, y ya estoy muy mayor para cargar a la espalda con todos los desheredados de la tierra. Y él, lógicamente, tenía otras prioridades.

– ¿Sabe si el viaje a Almería es muy caro?

Para mí, que soy española y tengo trabajo, es caro hasta ir al pueblo de mi abuela en Ávila. ¿Cómo no iba ser caro ir a Almería desde Madrid para alguien que ha caminado unos cien kilómetros bajo la lluvia?

– No lo sé.
– ¿Tres euros?

Lo ha preguntado con tal esperanzada inocencia que he tenido la sensación de estar ante un niño que no conoce el valor del dinero, y mi imaginación se ha disparado. ¿Ha venido desde Turquía andando por toda Europa sin tomarse siquiera un mísero café? ¿Ha cruzado toda Europa escondido en un camión que ha parado en Segovia? ¿Se ha teletransportado?

– Con tres euros no vas ni a Madrid.
– ¿Pero esto no es Madrid? –se ha sobresaltado.
– Sí, sí –se ha apresurado a contestar mi clienta-. Esto es Madrid, las afueras de Madrid. La ciudad está a treinta kilómetros de aquí.

“Y ahora es cuando nos va a pedir dinero”, he pensado. Pero, contra todo pronóstico, se ha dado media vuelta y se ha marchado casi lloriqueando.

– Así nunca encontrar trabajo, nunca. ¡Setecientos kilómetros!

Si se hubiera quedado un minuto más, le habría dado cinco euros para que al menos hubiera llegado a Madrid.

– ¿Para qué? –ha saltado mi hijo cuando se lo he contado horas más tarde- ¿Para que se inmole en el museo del Prado?
– Me da a mí que esos vienen con mapas y que no les falta dinero para el autobús.

Pero en el fondo, y a pesar de que el tipo me había tocado la fibra, es inevitable sospechar. El caminante entendía perfectamente el español y lo hablaba casi sin acento, como si hubiera vivido mucho tiempo aquí. Cabe la posibilidad de que lo hubiera aprendido en Segovia, pero entonces tendría una idea aproximada de lo que cuestan las cosas. Y si no tenía dinero para el autobús de Segovia a Madrid ¿cómo podía creer que con tres euros podría llegar hasta Almería? Los que se van a Siria lo hacen por Turquía. ¿Quién nos dice que los que regresan de allí no hagan el mismo recorrido a la inversa?

Y si el hombre sólo fuera lo que parecía, un emigrante que ha venido a España pensando que aquí atamos los perros con jalufo ¿a alguien le extrañaría que acabara siendo captado por algún imán radical?

Difíciles tiempos estos que nos ha tocado vivir.

15 respuestas a «Choque de civilizaciones en la sociedad multicultural»

Ojalá tu relato sea de ficción. Se me han puesto los pelos de punta leleyéndolo, no obstante las minas no evitan el problema, y no tengo la más mínima propuesta con garantías de eficacia.

Mi clienta y yo nos quedamos con un mal cuerpo que no veas (no es ficción, pasó el viernes por la tarde). Lo de las minas sería más efectivo que la valla, supongo. Pero también entran por mar, por aire y por Europa (si éste no minitió, venía de Turquía) ¿minamos toda Europa?

Turedactorexterno, si te digo que ni idea de cómo aportar alguna propuesta eficaz, no es porque me alegre de ello, pero a Le Pen también le temo más que a un nublado. Que lo tenemos crudo se mire por donde se mire. Vamos, que no me apetece elegir entre lo malo y lo peor pero tampoco quiero que me roben la esperanza de vivir como personas ¿ por la amenaza, muy real, nos vamos a dejar tratar como peleles en un estado totalitario con sus bonitos salvoconductos, sus idilicos paisajes de fronteras de alambre de espino, sus perros de presa y sus disparos de plomo o goma «pero qué no son para el agua»?
Y que conste que yo paso por un momento cómo el del viernes de Marisol, y me muero de miedo, que a mi a miedosa no me gana nadie.
Pero tampoco hay que ir dando cancha a ninguno de los dos extremos ni dejar que nos manipulen con el miedo. Igual esa es nuestra batalla, la que tenemos que librar frente al miedo y la manipulación.

Querido turedactorexterno, cuidado con poner minas en las fronteras porque a lo mejor las pisas tú cuando huyas de este bendito país al no encontrar ninguna forma digna de ganarte la vida. Donde las dan las toman, que siempre se ha dicho. Que diga semejante cosa un español, repito, un español. Acaso crees que tu maletita de cartón te protegerá de la metralla. En todo caso, es mejor arrasar con el tercer mundo de manera expeditiva a dejar que se pudran poco a poco en sus agujeros, más que nada por evitar el peligro de que alguno pueda escapar. Mucho mas higiénico, donde va a parar.

Enhorabuena, Doña Marisol, por su relato. Me dan igual las opiniones de los demás, que si minas, que si empalizadas. Su relato es bueno, describe, transmite, no aburre, y deja unos segundos -tras su lectura- de reflexión. Como un buen vino.
Teniendo en cuenta que, hasta hoy, siempre he pensado que el único que merecía la pena leer aquí era el moldavo (Lozinsky) por su salvaje y excesivo uso de expresiones castellano-penitenciarias o, en su caso, cuarteleras (siempre he sospechado que pretende demostrar lo que no necesita demostrar, que es su dominio del castellano y que sabe escribir, sin que sea preciso que exagere expresiones del «cine quinqui» del cine del ultimo tercio del pasado siglo, el XX, quien lo iba a decir ) ahora, creo que a Vd. Dª Marisol, también hay que leerla. Y no me venda su «seduciendo» que nos conocemos (frase hecha, entiéndala Vd. bien, pues no nos conocemos).
p/s: Para evitar vacíos, Sr. Pérez no se preocupe. De Vd. no diré nada. No soy quien y nunca soy capaz de acabarme sus escritos, por breves que sean. Es Vd. tan resentido como el moldavo, pero el moldavo, no aburre. Y escribe bien.

percebeiro, debo decir que seguro que tiene más gusto para el marisco que para la literatura. Si no es capaz de acabar un escrito del sr, Pérez es mejor que siga leyendo las instrucciones del papel higiénico que seguramente estará más acorde con su nivel intelectual. Por último, decir que si se aburre leyendo al tal Pérez, quizás no debería perder el tiempo intentando comprender lo que no está a su alcance. Está bob esponja que tiene que haber gente pa to.

De acuerdo. Lleguemos a un acuerdo. Yo me dedico a Bob Esponja, y Vds. a escribir bien y de manera constante, sin brillos momentáneos, ni episodios de calidad cada año bisiesto.
Yo ya he empezado mi parte.
(Capitulo I: iban Bob Esponja y Calamardo por el fondo del mar, cuando un aroma a cangreburguer les llegó…)
Ahora les toca a Vds. A escribir bien y sin aburrir.
Veamos quien consigue su objetivo. Creo que aunque me vea milenta temporadas del esponja, aun a cámara lenta, Vds. no conseguirán lo acordado. O quizá si, cosa que me alegraría. Si no, tendrán que restringir este escaparte abierto, y poner un cartel en proscritos de «sólo para socios y amigos».
(..pero ese aroma era engañoso. No era comida. Un pesquero en superficie estaba ardiendo…)

… Calamardo y Bob se miraron perplejos. Se acercaron, pero descubrieron que ni era un pesquero ni eran llamas, sino el reflejo de un rayo del sol de Hawai que rebotaba en los corales y multiplicado, iba a parar al caparazón de su amigo el pinzas….

(Yo a lo mío, y Vds a lo suyo. Ánimo)

Por alusiones:
Gracias por el piropo que me ha tocado, aunque no acabo de entender por qué ha aprovechado el viaje para sacudir a Miguel Pérez de Lema.

Respecto a la polémica que usted cree estar manteniendo con nosotros:
En Proscritos no sabemos quien es pffff, del mismo modo que tampoco sabemos quién es usted, Percebeiro desconcertado. La guerra es entre ustedes, nosotros somos meros espectadores,
Estamos muy acostumbrados a que la gente opine e incluso insulte, pero no nos gusta que nadie ponga en nuestra boca palabras que no son nuestras.

Por lo demás, pueden seguir ustedes con su duelo de gallos. Tengo entendido que en la edad de oro de la literatura española la gente se retaba a muerte por quítame allá unos Góngoras.

¿Duelo de gallos?
Baile de disfraces.
Uno de los gallos, no es gallo, es gallina.
El percebe, es percebe, pero se comporta como besugo.
La almeja quiere ser delfín, pero actúa como sardina.
Y el almendro se viste de novia, engañando al invierno, como carnaval de febrero.

Y Pérez, ojiplático, mira su pantalla intentando media sonrisa de desprecio. No lo consigue. Sólo sabe dibujar una triste mueca. Insípida, aburrida.

( El pinzas» molesto con Bob y Calamardo por haberle estropeado su siesta, empezó a protestar. )

p/s.- Sigo con sus recomendaciones. Bob esponja. Vaya cruz que me habéis colocao.

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