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Sin cadenas

por hijadecristalero
Fotografía de amundn

Todas las mañanas, antes de ir a trabajar, me caliento el cuerpo con un té rojo mientras echo un vistazo a la prensa en mi viejo y renqueante ordenador portátil.

Gente que vive de la publicidad de los bancos y de los partidos políticos me cuenta que el fin del mundo está próximo. Cuando no es nuestra prima de riesgo, es el conato de referéndum griego o el colapso de Italia. ¡Acojonaos! nos dicen desde el púlpito.

Pero yo soy especialista en planes B. La crisis empezó hace siete años en la que entonces era mi casa, y de ahí se extendió al resto de occidente. Yo ya sé lo que es librarse de los activos tóxicos, recortar en todas las partidas y llevar políticas de austeridad.

En mi antigua caja, cuando llegaba un recibo y no había dinero, lo devolvían. Pero desde que se llama Bankia, pagan lo que haga falta. Esta mañana me acerqué por allí, a decirles que anulen la visa que me han mandado sin mi permiso y pedir que hagan el favor de no pagarme los recibos y dejarme en números rojos.

La bancaria que me atendía me ha mirado con los ojos como platos: ¡Pero si todo el mundo nos pide lo contrario: que atendamos los recibos cuando no hay dinero! Estaba convencida de que sus jefes, esos que cobran millones de euros, son unas hermanitas de la caridad que ponen el dinero por adelantado sin pedir nada a cambio; y de que yo era una kamikaze.

Ellos adelantan la tela y además te regalan una visa. Para que cuando sólo tengas números rojos, llegues a fin de mes tirando de tarjeta. De ese modo se aseguran de que siempre estés en deuda con ellos. Los asalariados, esos que cobran una y única vez al mes, están más vendidos que quienes cobramos por trabajo realizado.

Ninguna compañía te corta el servicio en el acto, todas te dejan varios días para pagar; algunas, incluso un mes. Sólo hay que estar pendiente de los plazos y, si entonces no tienes dinero, siempre te será más barato pedírselo a un amigo que al banco.

Eso sí, has de ser buen pagador. En caso contrario, sólo podrás pedir prestado una vez: la confianza es la base de la economía al margen del sistema.
Y cuando no haya trabajo a la vista, tendrás que inventártelo.
Por eso las tarjetas de crédito tienen tanto éxito: pensar a todas horas en la supervivencia es agotador.
Pero te hace más fuerte.
Y, sobre todo, más libre.

3 respuestas a «Sin cadenas»

Es excelente la día de tomar sol por la mañana ya que son los rayos solares mas indicado para el organismo, el viejo ordenador portátil de seguro que resistirá hasta que le puedas remplazar.

Las primas de riesgos siempre presentan dificultad, te hacen arder durante varias horas, luego no te queda otra que volver a tomar las riendas y tomar decisiones responsables en el momento de elegir como los referéndum; dicen que el mejor de los negocios es la publicidad y el mundo político, nada se puede hacer al respecto.

Una vez le escuche a alguien decir que debemos de tener un plan que abarque hasta la Z para estar protegido al fracasar los anteriores, la ruina financiera suele suceder cuando las cosas se ponen duras en la vida real, tóxicos se ponen rutinarios y la muerte llega cuando ya el cuerpo se rinde, cuando ya no podemos levantarnos, el articulo esta bueno ya que nos ofrece lineas para la reflexión y cuando las cosas marchan mal, las gavetas se llenan de recibos.

En estos tiempo es difícil conseguir quien pague la cuenta, esto nos dice que debemos bregar muy duro para que los números rojos duren poco tiempo sobre los libros, cuidar las tarjetas de crédito ya que en cualquier momento cobran todo y con intereses altos.

Que inteligente y que fuerte eres!! Esto es un trabajo de psicologia aplicada a la conducta del consumidor, de estudiar la naturaleza humana y de preparar las trampas en las que saben vamos a caer. Bancos, cajas de ahorro, comercios de ropa, electronica, de telefonía, de bricolaje, grandes superficies… !!todos!!, intentan crearnos necesidades, conocen nuestras debilidades y por ahi nos entran para tenernos «pillaos», porque todos son facilidades para que nos endeudemos con alegria, sin enterarnos, sin preguntar, sin dudar, y seamos sus eternos rehenes. Cuantas más facilidades nos dan más alargamos nuestras deudas y somos menos conscientes de la realidad. Utilizando las tarjetas «perdemos» la noción del dinero, no lo vemos, es abstracto, si tuvieramos que soltar los billetes uno a uno, seguro que pensariamos dos veces si realmente es necesario que hagamos esa compra. Esta semana he anulado la domiciliación de mis recibos, no era consciente de que eran tantos, ahora cuando lleguen las facturas iré al banco a pagarlas. Ahora si que me va a doler el bolsillo, antes no me enteraba.

Pues los bancos no van a ponértelo fácil, Izurum: casi todos ellos tienen unas fechas y horarios muy restringidos para que los clientes puedan abonar los recibos. Aunque, si todos hiciéramos lo mismo, no les quedaría más remedio que dar más facilidades.

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