Cuando mis hijos acaban los exámenes, comienza la época en la que me examino yo.
En verano nunca hay dinero para mandarles un mesecito al extranjero y no hay campamentos asequibles para chavales de su edad (no tengo paga extra, que es con lo que la mayoría de los mortales financia estos asuntos). Cuando cada mañana me voy a trabajar, ellos se sienten amos y señores de la casa y de su tiempo; sin una férrea disciplina se abandonarán a la más total de las molicies: de la cama al sofá, del sofá a la piscina, de la piscina al sofá, del sofá a la cama. Y siempre con la tele encendida, ya sea para ver capítulos mil veces vistos de los Simpsons o para jugar a la consola.
Hace un calor africano que tiene al gato deshecho, hasta yo tengo ganas de tumbarme en el sofá y pasar las horas viendo la tele en fresca penumbra. Pero la educación es una labor continua en la que no hay descanso. A raíz del gran esfuerzo que mis hijos realizaron en la mudanza, yo me he relajado; he bajado la guardia como si hubieran aprobado el examen de adultos responsables, y ahora la indolencia campa a sus anchas.
Cuando me levanto por la mañana y me encuentro el plato de la cena del mayor en la mesa del salón, decido que es hora de retomar las riendas. Los levanto de la cama y los informo de las nuevas reglas para este verano:
– ellos se encargarán de las tareas domésticas mientras yo trabajo
– la consola, aunque estén de vacaciones, sigue estando regulada. No es un derecho, sino un premio: sólo podrá utilizarse cuando las obligaciones estén cumplidas.
– queda terminantemente prohibido cenar a deshoras frente al televisor: el que no esté en casa a la hora de la cena, tendrá que cenar en la cocina, como los demás.
No han protestado mucho: en el fondo ellos agradecen que alguien imponga disciplina para que la desidia no nos devore. Cuando he salido rumbo a la trinchera proscrita, andaban afanados en su nuevo trajín.
Nota mental: Comprar unos helados para celebrar a los postres que son unos chicos estupendos y que funcionamos como un equipo bien engrasado.
0 respuestas a «Molicie estival»
Has ganado tu Mundial… bravo por tu equipo!!!