por Marisol Oviaño El otro día mi hija se cayó patinando y se hizo un rasponazo muy feo en el codo. No había ningún adulto cerca, y su amiga se encargó de hacerle una primera y bienintencionada cura. Horas después, el brazo se había hinchado de manera escandalosa, la herida no dejaba de supurar y […]
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