por Marisol Oviaño Ilustración: maggietaylor A los veinte años el Practi parecía un hombre de cincuenta. Era un yonqui pálido, alto, escuálido, miope y místico, tenía una novia regordeta y lideraba a unos cuantos acólitos que le acompañaban a todas partes. A veces, cuando estábamos con la guitarra en la plaza, se acercaban a nosotros […]
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