Miguel Pérez de Lema
Deberían recetar cápsulas de cianuro el la Seguridad Social para que todos los amenazados de ruina, de despido, de embargo, de desahucio, de cárcel, llevaran su pastillita en el bolsillo, como la llevaban los jerarcas nazis en los días del hundimiento.
Sería una higiénica y clemente forma de terminar sin dar lástima al prójimo, ni sablazos. Se ahorraría el mundo muchas escenas de humillación -con lo que tú has sido, Francisco José, y mírate ahora con el jersey lleno de pelotillas y la luz sin pagar-, muchos gestos de histriónica desesperación, mucho dolor no remunerado.
Y de paso se abriría un poco de hueco.
Porque algunos hemos echado cuentas y sabemos que aquí el problema es que el termitero está hace tiempo que revienta, que hay personal ya por triplicado para mover un papel, que somos todos listísimos y sabemos hacer de todo y que seguimos aprendiendo pero aun así hay siempre una máquina afilando sus gigabites para ser más lista que todos nosotros.
Y sabemos que hay arriba un patrón echando cuentas, y los intocables del contrato indefinido y 15 años en la empresa con derecho a indemnización y a tocarse los cojones en tu cara, y al lado un chino que lleva 40 horas sin dormir ni comer ni parpadear apretando tuercas porque se le enredó el alma en una troqueladora, y están los que ponen el cazo pase lo que pase y siempre habrá que pasar por su ventanilla, y está Hacienda que somos todos aunque ya se sabe que algunos somos más todos que otros, y por abajo pisamos un manto de larvas que comen nuestros desperdicios pero quieren, querrían, desperdicios un poco más nutritivos, como tú.
Y súmale que a la gente encima le ha dado en los últimos treinta años por no morirse de nada, ni siquiera de viejos, ni siquiera de aburrimiento, ni siquiera por probar a ver.
Y así no hay manera de salir adelante.
Con crisis o sin crisis.
Esto de la crisis lo que hace es amplificar el problema, agudizar la angustiosa falta de oxígeno, hacer más evidente la lucha atroz por el espacio vital. Pero mañana, cuando nos digan que ya ha amainado el temporal, que el capitalismo financiero ruge de nuevo en la sabana, los humanoides seguiremos como piojos en costura. Quebrados, despedidos, embargados, desahuciados, enculados en las duchas del talego por un anónimo hotentote.
Hasta que reviente la costura.
¿Es mucho pedir, por caridad, una capsulita de cianuro para cada uno?
0 respuestas a «Queremos cápsulas de cianuro en la Seguridad Social»
Me encanta el análisis de la cuestión que has hecho.
Literario a la par que cruelmente realista.
Bastaría con que dejaran de meternos miedo a la vejez y la muerte.
Nunca he acabado de entender por qué se empeñan en que vivamos tantos años. Son puras matemáticas: cuanto más vivamos, más costaremos al Estado (es decir, a quienes trabajan y pagan impuestos).
Que nos dejen fumar en paz.
Una pastillita de cianuro… Al final voy a tener yo razón y va a molar más morir por una causa. Estarás de acuerdo conmigo en que es mucho más elegante que morir por un embargo.
Haced un poquito el favor, que no todos somos profesores. Algunos comemos gracias a los enfermos.
Por caridad ofrezco drogas mucho más placenteras, créeme.
Pues dame una receta, pero ya.
Yo preferiría irme a la isla de Guilligan, tener un lavarropas a pedal y hacer mis muebles con cañas, troncos y lianas. El cianuro es para flojos.
Viene cargado Proscritos con la carga de la vida, sufrimiento
desilusiones, hambre, angustia ,demanda de cianuro,es comprensible en todos los lugares del planeta.La decepción, la desmotivación ,el espejo cruel de decadencias de origenes diversos,la verguenza del espejo. Meritorio y real tu articulo-Menos mal que antes pude sonreir con el tema de la «vejez» tan inteligentemente tomado por hija de cristalero,que a veces se digiere muy bien con el humor que impregna ese relato.Susana (una mujer argentina)
Fántastico escrito Sr Pérez de Lema.
Y barra libre de lo que propone Mrs Nancy Botwin…
Listado de productos ofertados: midazolam, fentanilo, propofol (Michael Jackson no era tonto amigos), ketamina, morfina, dolantina, tramadol, metamizol…
En su justa medida y sin esperas.
Pues la verdad, yo prefiero un buen porrito de hachís. Y eso no podemos pedírselo al doctor, tenemos que ir con la receta al camello. Manda huevos.