por Tímido Celador
Se ha presentado toda modosita en la residencia.
Con sus gafas de niña buena, su melena recogida en una trenza, su tentadora piel, y unos vaqueros que parecían hechos para resaltar su glorioso culo.
– Dios, qué pava- ha dicho Charlie cuando la ha visto caminar hacia el jardín, grabadora en mano- ¿Qué coño les dará este cabrón?
Y no he podido evitar recordar lo que me dijo Carlota cuando yo le hice esa misma pregunta: Tendrías que ser mujer para comprenderlo.
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