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Ya os vale

Vamos de pellas

por hija de cristalero
Fotografía en contexto original: elblogdelateta
prohibido-750

Cuando yo era estudiante de Instituto era muy fácil hacer pellas: las puertas siempre estaban abiertas.
Para entrar o salir del Instituto de mis hijos, hay que llamar a un timbre. Los novillos son hoy misión prácticamente imposible.
A muchos padres les tranquiliza ese férreo control.
A mí no.

El Instituto no debería ser una cárcel, sino un simulacro de la vida real: algo que dependa por completo de ti. Es la época de aprender que si faltas mucho a clase puedes suspender, si te pasas las horas al sol en el parque puede que repitas curso y si estás todo el día fumando porros te vuelves gilipollas.
Fumando uno de esos porros, sentado sobre el respaldo de un banco, un día mirarás a tus amigos malotes, esos que van directamente de casa al parque sin pasar por las aulas, y te darás cuenta de que ya te aburre su plan. Tú no eres como ellos. Tú quieres hacer cosas. Por eso sólo haces pellas de uvas a brevas. Es la época de aprender a ver las diferencias que hay entre tú y aquellos que engrosarán la lista de fracaso escolar, fracaso laboral, fracaso familiar, fracaso vital.

Las pellas son una magnífica escuela de la vida: sirven para aprender a ejercer el autocontrol y empezar a asumir la responsabilidad de los propios actos. Nadie se salta la valla para hacer algo de provecho: unos se escapan para fumar porros, o para beber, o ambas cosas; o para echar unos billares, unos futbolines, o un póker, o para ir a casa de fulano a jugar a la play…
Este férreo control sobre los alumnos que hay hoy en día impide que aprendan muchas cosas importantes. Cosas que no se estudian en ningún manual, pero que te pueden salvar la vida.

Estoy sentada en la entrada del Instituto, esperando que llegue el tutor de mi hija.
Una profesora, con bata blanca, y una limpiadora, con bata azul, hablan.
– Es absurdo que no dejemos salir a los alumnos de Bachillerato- dice la docente-. Secundaria es obligatoria, Bachillerato no. Hay muchos que están repitiendo y que sólo tienen dos o tres asignaturas, y les tenemos que tener aquí encerrados por pelotas.
– ¿Y por qué no pueden irse a su casa?- apunta la limpiadora.
– Pues porque la normativa no tiene ni pies ni cabeza. Tengo a tíos de 20 años dando vueltas todo el día por aquí, como si fuéramos un reformatorio.
– Claro, muchos de los de Bachillerato son mayores de edad…- apunta su interlocutora apoyando el brazo en la mopa.
– La mayoría. Pero hay que tratarles como bebés. Pueden abortar a los 16 años sin decir nada a los padres, pero con 18 años no pueden salir a la calle sin permiso paterno. Venga, hombre, no me jodas.

0 respuestas a «Vamos de pellas»

Tengo derecho a….
La culpa es de….
Lo queremos todo tan bien legisladito y controlado por el papá estado que nos hemos convertido en niños desvalidos. La mayoría pide control a gritos, la minoría por omisión.El miedo y el control se retroalimentan. Doy gracias de haber disfrutado mis años mozos entre las caídas del muro de Berlín y las torres gemelas. Manda huevos tener que decir esto.

Pues sí. Da la sensación de que lo importante es que todo esté bajo control estatal, para que los chavales no aprendan a pensar por sí mismos y, sobre todo, para que no aprendan a asumir responsabilidades. Si no aprendes a administrate la libertad desde bien joven, mal asunto.
Tengo derecho a…
La culpa es de…

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