Miguel Pérez de Lema
Está todo hecho, todo ha ocurrido antes y volverá a repetirse, siguiendo por sus mismos pasos, bajo ropajes diferentes. A lo mejor por eso nos aferramos tan desesperadamente a la tecnología, en busca de lo nuevo, en esta época en que tenemos, como en ninguna otra, la certeza científica del peso de todo el pasado de la humanidad sobre nuestros hombros.
Lo cual que ayer vi las carrozas de los mariquitas por Madrid y me acordé vivamente de este cuadro del Bosco. Siempre la misma fatigosa lucha por subirse al carro de heno, por seguirlo, por adorarlo, por atacarlo, por fingir desprecio, por sucumbir bajo sus ruedas, por meterle fuego, por adornarlo de pan de oro y piedras preciosas, por ocupar su trono, por alzarse sobre su cúspide, por hallar en fin cada uno su preciso lugar en la interminable procesión, fingir su alta dignidad, ocultar su angustioso pánico, distraer su condición de sombras vivas o muertos luminosos.
¿Y tú, dónde te pones?
0 respuestas a «Orgullo del heno»
a mi me gusta el ángel que está a la izquierda ( o igual es la derecha, vete tu a saber)