Cuando le pidieron que rememorara los años setenta, el rockero Ozzy Osborne declaraba: “No recuerdo esa década”. Aquel viaje en tranvía con Frederik al Stedelijk es mi década de los ’70.
Fue en ese museo donde presenciamos la exposición de mobiliario que incluso hoy continúa siendo tema de conversación.
-Ah, y sobre todo recuerdo la silla -me dijo Frederik en su correo final.
Sucede que la silla en cuestión era excepcional. Es cierto que nosotros estábamos fumados, pero también es verdad que la sala de exposiciones estaba repleta.
Es conocida la fascinación de arquitectos y diseñadores por las sillas. Un arquitecto que no ha diseñado una silla es un arquitecto impotente. Pero nunca me han gustado ni los arquitectos, ni sus ropas, ni sus gafas explícitamente arquitectónicas, ni sus sillas de estructura exótica. Sobre todo si son catalanes.
Dicen los chinos que tan importante como amar a alguien es odiar a alguien. Yo odio a los arquitectos. De hecho odio a mucha gente.
—
Ver todas las entradas de esta serie: Diarios neerlandeses