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Deudocracia

Miguel Pérez de Lema

Bienvenidos a Deudocracia. Asómese al tenebroso mundo de la usura internacional. Conozca la visión griega del asunto. Averigüe a quién va el dinero de los «rescates». Sepa los precedentes de la deuda odiosa y sus impagos. Recapacite sobre la pérdida de soberanía de su propio país. Cáguese en la gran Alemania, es gratis. Y admire al FMI y sus políticas de extorsión.

La idea que late en el fondo de Deudocracia me parece un adelanto de lo que viene: la posible cancelación/reducción en cadena de las deudas públicas. La apuesta ahora es calcular de cuánto será la quita para las mega deudas de los gigantes como Japón, Estados Unidos, o Alemania. ¿Un 50% como ha negociado Grecia?. ¿Un 70% como hizo Argentina?.

¿Y cómo le explicamos esto a los usureros y a los chinos?

Este documental puede irritar a algunos porque es evidentemente tendencioso. Pasa de puntillas por la corrupción de los griegos y su poquísima vergüenza. Pero en un entorno en el que toda la información es tendenciosa, y pagada, en sentido contrario, es especialmente valioso este punto de vista que hasta ahora nos están intentando ocultar.

El punto de vista de la posición: «No vamos a pagar».

Lo interesante es que esa opción no sólo no es el fin del mundo, sino que es la única posibilidad que tenemos de volver a ponernos en marcha.

Bueno, hay otra. Pero de la otra mejor no hablar.

PARTE 1de 8

7 respuestas a «Deudocracia»

Creo que el documental dice muchas cosas que son verdad -poca autocrítica al pueblo griego-, pero hay cosas con las que no puedo estar de acuerdo.
Uno de los participantes, francés -al menos habla francés- pone como ejemplo las primaveras árabes. Que han sido teledirigidas por los mismos que teledirigen la deuda. Creo que lo primero que ha hecho el gobierno libio ha sido pedir un crédito.

‘Con la peseta no se hubiera producido una burbuja de ese calibre’

Hasta 2006, el economista Max Otte, gestor de un fondo de inversiones de tamaño mediano, no era conocido fuera de Alemania. Sin embargo, ese año publicó «¡Qué viene la crisis!»; un libro en el que pronosticaba algunos de los problemas actuales. Y le llegó la fama.

Ahora presenta «¡Frenad el desastre del euro!», un breve ‘best seller’ en el que anticipa la inevitable salida de Grecia de la moneda única y en el que recomienda a España que vuelva a la peseta.

Invitado en Madrid por la Fundación Rafael del Pino, Otte denuncia a la «oligarquía financiera! que ha corrompido el «imperio de la ley» y asegura que no todos somos iguales. Él mismo conoce bien el funcionamiento del sistema y por ello, dice, no compra la idea de que los mercados son democráticos.

Leyendo su libro parece que está bastante enfadado.

Sí, lo estoy. A lo largo de la Historia siempre ha habido clases privilegiadas, no es novedad. Ahora tenemos la llamada oligarquía financiera, que marca las reglas de la especulación.

Me enfada cuando veo que este grupo de personas influyentes, banqueros de inversión y agencias de ráting escribe las reglas en su favor y contra la gente normal. Hay muchos ejemplos de ello. La distribución de los ingresos y de la riqueza es muy mala. Y el euro, con la debilidad de los políticos actuales, es frustrante.

¿Qué llegó antes, la debilidad de los gobiernos o la fuerza de esos agentes? ¿Qué causó qué?

El ex presidente de la Reserva Federal de EEUU, Paul Volcker, me dijo hace unos meses que la desregulación, los momentos de Milton Friedman, Thatcher y Reagan fue un proceso lento desde los años 70, y por eso no nos dimos cuenta de lo que venía. Hoy, los políticos ya no tienen las competencias, son los agentes los que escriben las reglas. Es un pez que se muerde la cola. Por fin, hace unas semanas, hemos empezado a ver liderazgo en Sarkozy y Merkel, pero por primera vez en un año y medio. Parece que hace falta que las cosas estén muy mal para que despierten.

¿Critica a esa oligarquía pero aplaude que sólo dos políticos quieran liderar toda la UE?

En realidad no. No creo que la UE sea muy democrática, necesitamos más democracia. Mi primera elección sería más votos populares, como el referéndum griego. Que fue convocado por razones tácticas, pero que era correcto en el fondo. El que lo retiraran son malas noticias para Europa. La oligarquía financiera se sale con la suya. Han cambiado el gobierno portugués, el eslovaco Y los griegos, como antes los alemanes, se quedan sin referéndum.

Merkel y Sarkozy no tienen la legitimidad, estoy de acuerdo, pero al menos es un contrapeso contra los Josef Ackermann y los grandes bancos.

Pero en el fondo los mercados son decenas de miles de personas en todo el mundo. ¿No es mejor que sólo dos?

No, no, no. No creo en los mercados. Yo mismo soy inversor. Gestiono un fondo pequeño, de unos 200 millones de euros. Pero los mercados deben someterse al Imperio de la Ley. Actores como Ackermann controlan a los políticos para beneficiarse. El imperio de la ley ha sido corrompido por los actores más importantes.

Los intereses de los pequeños inversores no tienen nada que ver con los del Deutsche Bank. Hay diferentes grupos de interés. No compro la idea de que los mercados son democráticos.

En su libro sostiene que España, Portugal o Grecia deberían salirse del euro. Pero aquí quiere oír hablar del tema.

Grecia ha tenido buenos años desde que se unió al euro y ha tenido un buen dinero que ha gastado. En pensiones, consumo… han tenido buena vida durante 10 años. Si te dan un regalo no lo rechazas. Pero ahora debe salir de la zona euro. El país no puede funcionar de otra manera. Al retrasarlo estamos creando un problema cada vez más grande.

España no debe irse, pero creo que sería mejor para ustedes. El euro crea incentivos equivocados. Como los bajos tipos de interés que llevaron a la burbuja inmobiliaria. ¿Cómo se sale de la crisis actual? ¿Recortando el sueldo de los funcionarios y las pensiones y rebajando el déficit? Es sólo una parte de la solución, pero no toda. Es necesario, pero después de limpiar los balances, vender el stock inmobiliario, etc..

¿Sin el euro sería más fácil? El euro no ha unido a Europa, la ha separado. Con la peseta España tendría una política de tipos más independiente, una política fiscal más independiente e incluso más inflación, que yo diría que ahora mismo es el mal menor. En esta situación si sólo se ahorra se acaba como Grecia. Desde luego que hay que ahorrar, pero una subida moderada de la inflación ayudaría.

¿La zona euro ha sido una pérdida de tiempo y de dinero? Sí, absolutamente. A España le habría ido mejor sin unirse al euro. España se benefició de ingresar en el mercado común, eso fue algo bueno. Exportaciones y estímulos. Pero el euro ha creado más problemas de los que resuelve. Generó la burbuja inmobiliaria. Creó una ilusión de riqueza. Limita las opciones de los gobiernos. Sí, creo que a España le habría ido mejor sin unirse.

Es cierto que no habría tenido los cinco o siete fantásticos años que vivió. Habría sido todo más tranquilo, más moderado. Pero no tendríamos tampoco la situación actual.

¿Y no hubiéramos tenido una burbuja inmobiliaria? Con la peseta no creo que no se hubiera producido una burbuja de ese calibre. Sin el euro los tipos de interés hubieran sido más altos y la gente no hubiera podido involucrarse o enfangarse de la misma forma.

¿Por qué nadie ha criticado al euro hasta la crisis? En Alemania hubo un gran debate en torno al euro, y la mayoría de los economistas a finales de los 90 se oponían. En esa época tuvimos la convergencia de los tipos, por lo que la gente pensó �quizás funcione después de todo�. Y luego llegó el ‘boom’ tecnológico, la espiral de crecimiento .com. Fue una época emocionante en la que pensamos que quizás el mundo había cambiado, y que quizás internet nos mostraba una nueva cara del crecimiento. Pero no.

¿Entonces la culpa fue de los políticos que apostaron por la moneda única? Desde luego cometieron un error. Podríamos culpar a Helmut Kohl y a Mitterrand por empezar esto. El mejor acuerdo, el mejor marco institucional europeo, era el Sistema Monetario Europeo. Con tipos de cambio fijos pero flexibles.

Siempre ha sostenido que la quita en Grecia era indispensable. Esta pregunta nos lleva al tema de quién debe ser culpado de la crisis. Políticos, banqueros, la gente. En Grecia todos tienen parte de responsabilidad. Los políticos por pedir el dinero, los bancos por prestarlo y la gente por gastarlo cuando no deberían haberlo hecho. Por ello, todos deberían pagar la factura de alguna manera. La quita paga parte de la misma. Ayudará para preservar el crédito.

Grecia es completamente diferente de España, Irlanda o Italia. Son países muy distintos. Si Grecia deja el euro pararemos la sangría. Con más dinero y con más endeudamiento no lograremos nada. Si sigue, dentro de un año tendremos un problema todavía mayor.

¿Alguien más necesita quita? El problema de España es la deuda privada, no la pública. Por eso hace falta una limpieza en los balances, desaparición de empresas y bancos. Necesitamos una recapitalización de entidades en todo el continente. Pero quizás ningún otro país necesite quitas.

¿Recapitalizar es una decisión política o económica? Los bancos son como las centrales nucleares, muy peligrosas. Yo soy un economista de mercado, y para mí la clave es la eficiencia en el equity de los bancos. Un 7 o un 8%. Lo mejor sería exigir un capital mínimo, pero no como Basilea II, que ya ha sido manipulado. En los últimos 15 ó 20 años se han relajado los requerimientos, y ahora son demasiado bajos. Subirlos durante la crisis no es lo ideal, claro, pero siguen siendo demasiado bajos y deben ser aumentados para que el capitalismo funcione. El capitalismo funciona con capital, y los bancos ahora no lo tienen. Sólo tienen deuda, y ese es el problema.

¿Cree que reuniones como la del G-20 sirven para algo? Sí, un despilfarro de tiempo y de dinero. No soy fan del G-20. Un encuentro Merkel-Sarkozy o de grupos pequeños puede tener utilidad, pero el G-20 es un gran circo.

¿Qué diferencia hay entre usted y la gente que critica? ¿El tamaño de su fondo? No. Yo no hago operación a corto. Si mantengo una posición hago algo parecido a Francisco García Paramés, el inversor español al que tanto respeto. Posiciones a largo, trato de escoger compañías sólidas. No busco negocios rápidos. Soy un inversor paciente.

elmundo

El tener una moneda común sigue siendo, a pesar de la que está cayendo, algo positivo. Una moneda común obliga a los países a basar la competitividad de su economía en la innovación, el diseño, la calidad, la tecnología, la productividad, etc.

En comparación, los países que mantienen monedas independientes fincan mayormente la competitividad de su economía en la devaluación cíclica de su moneda (mano de obra barata para producir muchas materias primas o muchas manufacturas), lo que no sirve sino para crear inflación que genera mas devaluación que a larga mantiene a su población en un permanente estado de pobreza (o de ingresos modestos, visto de una perspectiva «optimista»).

La moneda común, en el caso de España (y Portugal y Grecia), permitió (y sigue permitiendo hoy todavía, que nadie se engañe) acceder a tipos de interés que habrían sido imposibles si se hubiese mantenido la moneda nacional. Esto ha llevado a todo el país en conjunto a conocer una calidad de vida al que nunca antes se había llegado. Es cierto que el boom inmobiliario habría quizás sido menor sin el euro, pero también es cierto que la población en general habría sido todos estos años (y hoy mismo) mucho menos afortunada en términos económicos.

Básicamente, lo que el Sr. Otte ha venido a decir es que habría sido mejor mantenerse pobres que no haber conocido la riqueza, pues esta ha durado solo un pequeño lapso de tiempo (unos cuantos años nada mas) para finalmente regresar al punto de partida: la pobreza.

Me parece ridículo, no estoy de acuerdo.

Es erróneo pensar que los años de bonanza del Euro no han sido positivos para España, tan solo a nivel infraestructuras se ha llegado a un nivel que ni en sueños se habría alcanzado de haber permanecido España fuera del Euro (lo siento, España no es Noruega). Lo mismo sucede con la educación (¿alguna vez tuvo España tantos graduados universitarios?), la salud (¿no era antes necesario ir Madrid o Barcelona para intervenciones de grado medio?), las empresas (¿tuvo alguna vez España empresas internacionales como lo son hoy Telefónica, Inditex, Repsol, Santander y otras tantas medianas y pequeñas empresas que han salido al exterior?), etc.

Aun con la peseta, España habría sufrido la crisis actual (hasta los chinos la han sufrido y ellos mantienen artificialmente barata su moneda y crecen al 9% anual) y la economía probablemente habría caído mas de lo que lo ha hecho al día de hoy (aun cuando la burbuja inmobiliaria hubiese sido menor).

Ahora, con un desempleo tan alto, es fácil plantear la salida del euro porque con ella va aparejada una devaluación (y por lo tanto una moratoria de pagos) que, según nos dicen, mágicamente devolverá la competitividad a las economías que opten por esta salida y con ello el tan buscado pleno empleo. ¿Será esto posible?

No, no lo es, es una falsa salida (mas o menos igual que un suicidio); lo que no nos dicen es que al momento de salir del euro, entrar en el impago y devaluar la moneda, todo español común y corriente va a ser mas pobre de lo que hoy en día es (pero todos, no solo quienes están desempleados, que por otro lado igualmente van a tardar en conseguir empleo porque nadie en España, ya sea con euros ya sea con pesetas, va a constuir nada durante mucho tiempo). Y esta nueva situación de pobreza (o de menor fortuna económica, visto «optimistamente») si que va a ser mágica, de un momento a otro, de la noche a la mañana.

Con el cambio a la peseta, España ya no se podría financiar en el exterior a los tipos a los que al día de hoy lo hace (quizá no podría ni financiarse durante un tiempo) y tampoco podría comprar todo lo que hoy viene del exterior (o sea, todo lo que no sea agrícola, la economía española mantiene una fuertísimamente dependencia y está ligada al exterior). Es verdad que España en el medio plazo se conventiría en un país manufacturero gracias a su mano de obra barata pero no podría disfrutar de las manufacturas que produciría; España sería algo parecido a China pero no sería tan exitosa pues en China la gente trabaja durante 15 días seguidos en jornadas de mas de 10 horas diarias y en España nadie está dispuesto a ello.

En resumen la mano de obra barata, vía salida del euro y posterior devaluación nunca será lo suficientemente barata para competir con otras economías de mano de obra barata pero si para perjudicar el nivel de vida de la población en su conjunto.

Se salvarían claro aquellos afortunados que tengan dinero y que a buen recaudo los coloquen en monedas «fuertes» (esas que no se van a devaluar de la noche a la mañana) y se beneficiarían también quienes estén apostando por la salida de España, Portugal y Grecia del euro (el Sr. Otte ¿será uno de ellos?, el dice que gestiona un fondo ¿habrá hecho ya sus apuestas en contra de España, Grecia y Portugal?, dice que no, yo no lo conozco de nada y no lo puedo juzgar pero, quien ofrece remedios mágicos, a mi juicio, no es digno de mucha confianza).

No nos confundamos, el problema no es la moneda común, el problema es que todos nos dormimos en nuestros laureles. A la gente de la calle, por ilusos e ignorantes, quizás se nos pueda perdonar; a los políticos no, su labor era haber aprovechado el boom del euro de la mejor manera posible (promoviendo la innovación, la calidad, la productividad, la diversificación, etc. en otras palabras, siendo un poquito mas como Alemania -aunque me gane el odio por la expresión- y no fomentando los negocios de amiguetes como parece que han hecho), previendo y evitando caer en la situación en la que nos encontramos.

El PSOE ha tenido ya dos años de oportunidad para resolver la crisis o al menos para atenuarla, no lo ha hecho, no merece encabezar el gobierno. Todo indica que el PP (partido con el que se inició la burbuja inmobiliaria y quien por cierto también ha sido gobierno todos estos años) va ahora a tener la oportunidad de implementar su estrategia (¿cuál será?) para sacar a España de la crisis. La labor de todo ciudadano será recordárselo y exigírselo constantemente; yo por lo pronto, desde ya, exijo saber, concretamente, como piensan resolver la situación que ellos, repito, también ayudaron a crear.

Al resto, mientras no se encuentre una verdadera sálida mágica, nos tocará aguantar y buscar, individual o colectivamente de ser posible, la propia subsistencia.

Escribe J.Jacks en el Confidencial:
«La crisis de deuda soberana se acabaría este viernes a las 10.15am. Bastaría con que Draghi (BCE) anunciara que el tipo de interés objetivo al que quiere que Italia coloque sus bonos sea el 1% e Italia los colocaría. El “mercado”, por la cuenta que le trae, los compraría al 1% o de lo contrario el BCE se los “comería” vía repos. Así de simple.
Si la crisis no se soluciona no es por falta de herramientas sino por otros intereses que tienen poco o nada que ver con los de los ciudadanos.»
Recomiendo leer el resto del artículo
cotizalia

Asterion, no discuto tu criterio y no cabe duda que sabes lo que dices.
Yo no soy más que un aficionado pero aun sigo creyendo que la soberanía no se puede ceder jamás, jamás.

Mira Argentina, después de todo, está creciendo al 8,5% -más que China en primer trimestre.

A eso llamo la vuelta de la tercera posición.

CRUCE DE MISIVAS POR VER QUIÉN PAGA LA CRISIS
Dura carta de réplica de un ‘mileurista’ griego a un alemán

La solidaridad empieza a pasar factura a los ciudadanos de la Unión Europea. O lo que es lo mismo, algunos alemanes comienzan a cuestionar el derroche de sus vecinos griegos, cuya mala situación económica ya están pagando vía impuestos. Por ello, un germano decidió mandar una carta a un periódico local protestando por la actitud de los helenos. Lo que nunca esperaba el escribiente alemán era que sus palabras encontrarían rápidamente respuesta: “La culpa de la crisis griega la tienen las grandes empresas alemanas”.

Todo empezó cuando Walter Wuellenweber envió una misiva al diario Stern bajo el título de ‘Queridos griegos’. Basada en tópicos, criticaba el rescate de Grecia, “un país que ha hecho alquimias con el euro y que en vez de hacer economía, hacen huelgas”; se quejaba de que Alemania hubiera aportado más de 200 billones de euros a los fondos europeos, mientras que “ellos han recibido 100.000 millones”. “Son ustedes los amigos más caros que tenemos”, asevera.

Pero el enfado de este alemán, con una opinión que seguro que comparten sus compatriotas, iba más allá. Acusaba a Grecia de “no ser merecedores de nuestro euros”, de “no cumplir con los criterios de estabilidad”, de “gastar mucho en bienes de consumo”… Sin embargo, no culpaba sólo a los políticos del desastre, sino a los propios ciudadanos. “Nadie les obligó a evadir impuestos durante años, a oponerse a cada política coherente para reducir el gasto público y nadie les obligó a elegir a los gobernantes que han tenido y tienen”.

Y los griegos han respondido

La carta de Wuellenweber tuvo respuesta en un diario ateniense una semana después. Georgios Psomas, un funcionario mileurista todavía más enfadado, que hizo partícipe a Alemania de la crisis económica que atraviesa Grecia. “Les hemos concedido a ustedes un montón de privilegios, como ser los principales proveedores del pueblo griego de tecnología, armas, infraestructuras, telecomunicaciones, consumo, automoción… Somos los mayores importadores”, dice.

Por ello, parte de la culpa de la crisis de deuda griega es de “algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes cantidades de dinero a nuestros políticos por asegurarse contratos, para vendernos todo”. Psomas asegura que, si “la cosa sigue así, no podré comprar más productos alemanes”. “Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel o sin los productos Lidl”, añade. “¿Cómo se las van a arreglar con los desempleados que dejará esta situación que les obligue a bajar su calidad de vida, sus coches de lujo, sus vacaciones en el extranjero o las excursiones sexuales a Tailandia?”, se pregunta.

Deudas históricas

Psomas también considera de justicia que Alemania pague la deuda histórica que mantiene con el pueblo griego. Así, recuerda al país presidido por Angela Merkel que debe 80 millones de marcos alemanes por indemnizaciones de la I Guerra Mundial, más otra cantidad milmillonaria por préstamos obligados que contrajo el III Reich a nombre de Grecia, más otra indemnización por los destrozos causados por los nazis durante la ocupación forzosa, así como los pagos relativos a los muertos en combate o los fallecidos en campos de concentración, entre otros. Es decir, una gran factura de la que Grecia no ha visto un euro.

Pero Psomas aprovecha para reivindicar la cultura griega. “Queremos de vuelta a Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que guardan en los museos de Berlín, de Munich, de París, de Roma y de Londres”, dice. Ahora sólo falta la contestación de Wuellenweber, una muestra no solo de la ruptura económica de la Unión Europea, sino de la fractura social que está dejando la crisis de deuda en el Viejo Continente.

http://www.elconfidencial.com/economia/2011/11/16/dura-carta-de-replica-de-un-mileurista-griego-a-un-aleman-87796/

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