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Atentado de Maalbeek

Por BarbollOO

bruselas

Trabajo en la Dirección General de Agricultura en la Comisión Europea. Mi edificio está situada a unos 250 metros de la plaza de Schuman, donde se encuentran el edificio principal de la Comisión y del Consejo y justo encima de la estación de metro Maalbeek. Maalbeek tiene tres salidas a la calle que coinciden más o menos con cada una de las fachadas del edificio donde trabajo.

El martes llegué a la oficina antes de las ocho, es decir, más o menos una hora antes de mi hora normal. Como casi siempre me bajé en Maalbeek. Hacia las ocho y media-nueve menos cuarto, una colega viene a mi despacho y me dice que ha habido explosiones en el aeropuerto. Abro varias páginas de medios belgas y españoles para ver qué dicen. Poco a poco los demás colegas de mi pasillo empiezan a llegar al trabajo. Leyendo las noticias, y como otras veces, pienso que el barrio europeo, donde está el grueso de las instituciones es un objetivo claro y fácil. Llamo a mi casa para decir a mis padres que estoy bien antes de que vean las noticias.

Un rato más tarde, hacia las nueve y diez mi colega está de nuevo en mi despacho. Mientras estamos hablando siento una vibración fuerte. Estamos en un quinto piso. Le pregunto si lo ha notado, Me dice que no, pero al salir al pasillo compruebo que no he sido el único. Alguien dice que “ha sido en Maalbeek”. Es decir, ahí mismo donde nos encontramos. Mi colega, la que estaba en el despacho, va a ver a otros compañeros al final del pasillo, más cerca en vertical de la boca de metro. La gente empieza a caminar nerviosamente por el pasillo, un poco sin saber qué hacer. Yo me pongo el abrigo, preparado a salir en cualquier momento. Mi colega vuelve diciendo que hay imágenes horribles desde la ventana de los despachos a donde ha ido, que dan a la rue de la Loi. Yo me asomo por mi ventana que da también a la rue de la Loi y en la acera de enfrente, frente a la boca de metro que está integrada en el edificio, hay gente en el suelo, herida, siendo asistida por otros. Aún no han llegado los servicios de socorro.

En el pasillo, más nerviosismo. Nuestro Director pasa andando aceleradamente diciendo cosas que no recuerdo. Empezamos a comentar si es mejor salir o quedarse, pero acordamos tácitamente que hay que esperar instrucciones. Al cabo de uno-dos minutos suena la alarma, como era de esperar. La misma que suena de prueba cada primer jueves de mes a las 12:30, o cuando hay simulacros. Empezamos a bajar ordenadamente las escaleras, los cinco pisos. Yo me pregunto si nos harán salir por la puerta que da a la rue de la Loi, lo que no me hace mucha gracia. Abajo, los colegas que están entrenados para estas situaciones y que llevan chalecos naranjas nos dirigen hacia la salida de la rue Joseph II, la calle de detrás que también tiene una salida de metro.

Al salir veo servicios de socorro apartándonos para introducir una camilla con una persona ensangrentada. Mi colega me dijo luego que a escasos metros de la camilla, vio a alguien en otra camilla con medio cuerpo, la parte superior, cubierto con una sábana blanca pero yo no lo ví. En la acera de enfrente vimos algunas personas tumbadas en el suelo ya siendo atendidas por servicios de socorro. Nosotros nos fuimos desperdigando poco a poco por las calles de alrededor, alejándonos del barrio europeo. Cada vez menos de nosotros juntos, separándonos en cada cruce.

Dos mujeres en la calle dicen que ha habido otra explosión en Schuman, donde también hay otra parada de metro, aquélla a la que nunca llegó el metro que explotó, y un tiroteo. Nos metemos en un bar donde hay compañeros de trabajo y vecinos del barrio. Estamos allí un rato. Tomamos un café y vemos las confusas noticias. Yo no estoy tranquilo pensando en que durante los atentados de París un bar fue tiroteado a través de sus vitrinas. A todo esto no he parado de enviar mensajes a algún colega de quien no sabemos nada (afortunadamente responde que está en casa) y de responder whatsapps de gente de España que empieza a enterarse. Intento llamar a mis padres de nuevo pero ya no es posible. Las lineas telefónicas estuvieron bloqueadas durante unas pocas horas. Sin embargo, los sms y whatsapp respondieron muy bien. Tras media hora en el bar nos vamos alejando más de la zona. Hay poca gente por la calle, pero eso es como siempre. Y parece que nada ha pasado unos cientos de metros de allí. Mi teléfono, cargado esa misma noche, se queda sin batería.

2 respuestas a «Atentado de Maalbeek»

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