El abuelo paterno de Mariana, horrorizado por la guerra o por tener que regresar a Bélgica, había emigrado a la Argentina. El dueño de la nacionalidad original aparecía en una foto con su uniforme y su casco En su hombro noté la insignia de Ranger. Dato que para mi amiga, que se dedicaba a vender lámparas de papel maché, no significaba absolutamente nada. Cuando le pregunté qué había hecho su abuelo, me contestó:
-Lo lanzaban detrás de las líneas enemigas para que volviera matando y destruyendo todo lo que encontrara en el camino.
El otro abuelo, el materno, vivía en el Kavanagh, era vecino de José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de economía de la dictadura del ’76, y al parecer era demasiado cariñoso con sus nietas. El abuelo Ranger se voló la tapa de los sesos, también puede que fuera el padre de Mariana; mi memoria ya no es lo que era. En cualquier caso, no es fácil hablar de esos temas con los deudos. Intentaría recuperar esos datos pero mi amiga ahora vive en Mallorca y tiene una tienda de ropa usada. Siempre ha fumado mucho y quizá por eso siempre ha tenido una actitud tan positiva ante la vida.
Un día me contó que una pandilla de muchachos la habían subido a la fuerza a una camioneta.
-La violación no es lo peor -me dijo-. Lo peor es tener un cuchillo afilado contra en el cuello y no saber si te lo van a clavar.
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