por Marisol Oviaño
Me levanto cuando me apetece.
Unas mañanas me voy a andar, otras pedaleo durante un capítulo de Mad men. O me siento ante el ordenador a leer la prensa. O a escribir. Dedico un rato a la casa: barro el salón, o plancho o recojo un poco la cocina. Leo. Veo la tele. Oigo música, excepto cuando sopla el viento entre los árboles. Duermo la siesta en el sofá, juego al Candy Crush en la tablet, dejo que la mente vague sin rumbo, miro al gato, escribo.
Descanso.
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