Fotografías de Ilya Varlamov en zyalt.livejournal
Creo que la muerte repentina de alguien, sobre todo si es joven, nos produce una momentánea sensación de inseguridad. Eso es lo que sentí al ver a los héroes de turno de los días pasados, los ucranianos.
Dicen que los héroes nunca mueren y que no son olvidados, pero yo creo que mueren los primeros y que son olvidados pronto. No queremos guardar en nuestro corazón a los valientes. Ponen en evidencia nuestra cobardía. Quitémonos, por lo menos, los sombreros ante ellos.
Y ahora a hablar de cosas prácticas. Teniendo en cuenta el afán conquistador que Europa ha manifestado siempre, la cosa podría interpretarse como un avance hacia el Este. Europa ha codiciado riquezas allá donde éstas se encuentren; en América, en África, en Australia, en el Oriente. ¿Por qué hacer ascos a las de Rumanía, Ucrania, Bielorrusia o incluso Rusia?
¿De dónde viene esa ansia irreprimible de conquistar nuevos territorios, tan ardiente deseo de robar, de quedarse con lo que no le pertenece, de expoliar las riquezas ajenas y llevarlas a casa? ¿De los romanos, de los vikingos, de los godos, de los francos? ¿De no sé qué Carlos, Francisco, Segismundo o Federico? ¿De Napoleón, de Hítler, de Mussolini? ¿De no sé qué pérfido pirata inglés? ¿Por qué regla de Dios unos sólo atacan y otros sólo se defienden? No me consta ninguna colonia rumana, georgiana, armenia, moldava –la lista sería larga- en ninguna parte de la bola terrestre. En cambio inglesas, francesas, españolas, portuguesas y holandesas las hay a punta pala.
Para ganar hay que atacar. No basta sólo con defenderse. Es la lección que nos dan continuamente todas esas europas. La lección que nosotros, los fronterizos, nos negamos a aprender. Tal vez sea la estrategia que hemos adoptado para resistir y durar en el tiempo. No lo sé…
¿Ahora quién sigue en la lista? ¿Bielorrusia?
No me gustaría para nada acertar, pero ya lo hice una vez hace tres meses, en un comentario a mi artículo ¿Qué Unión se comió a la Unión Soviética? Entonces temía que se fueran a repartir Ucrania, una parte para Rusia y otra para Europa, lo que exactamente está ocurriendo ahora con Crimea. El entusiasmo separatista que origina este precedente podría abarcar el país entero dividiéndolo entre el este y el oeste. Putin, el indiscutible amo del Krémlin, se cree capaz de controlarlo. No es ni el borrachín Yeltsin ni el almibarado Gorbachov. Lo veo inclinándose ante los retratos de Iván el Terrible, Pedro el Grande, Catalina II de Rusia o Stalin.
No soy ningún profeta, sólo conozco un poco al Coloso Ruso, depredador que va marcando lo que considera su territorio. Hace más de veinte años estalló una guerra civil entre moldavos y transnistrios. Transnistria es una franja de tierra situada en la ribera oriental del río Nistru. Mientras la unión había durado, perteneció a la República Moldova. 1989 y 1990 son oficialmente los años de la caída del muro comunista y de masivas declaraciones de independencia. Los rusos, tratando de conservar su influencia allá donde les fuera posible, apoyaron subrepticiamente la separación de este territorio del estado moldavo.
¿Qué pasa con Bielorrusia? Antes de continuar, intentaré aclarar un aspecto importante. Muchas de las ex repúblicas soviéticas que se han apresurado a declarar su soberanía fueron creadas en los años noventa de manera abusiva y artificial por la URSS, que quitó y otorgó provincias a su antojo y capricho. La URSS les concedió fronteras y se definieron claramente como repúblicas o territorios poblados por moldavos, bielorrusos, ucranianos. Moldova, por poner un ejemplo, es una parte arrancada a Rumanía. La lengua que se habló desde entonces fue el moldavo, no el rumano. Imaginemos un delirio soberanista tan desmedido que las lenguas acaben bautizándose con el nombre de los pueblos que las hablan. En Argentina se hablaría el argentino, en Cuba el cubano o en Australia el australiano.
Hasta 1918 también los bielorrusos habían carecido de identidad nacional dentro de unas fronteras geográficas claras, pues durante siglos las tierras de la actual Bielorrusia habían estado repartidas entre varios países. A Ucrania se la disputaron diversas potencias europeas, hasta que llegó la Unión Soviética y puso punto final a esos juegos de dar y tomar. Su territorio moderno fue ampliado más tarde, primero hacia el oeste y posteriormente con la anexión de Crimea. Por eso Vladimir Putin se cree en su perfecto derecho de tomarla, y no creo que vaya a negociar nada con nadie. (También es muy posible que este sea sólo el punto de partida de una gran negociación entre Rusia, Estados Unidos y Europa que va a tomar su tiempo).
Lo irónico es que la URSS las creó y se quedó sin ellas.
Bueno,¿por qué creo que Bielorrusia será la siguiente? Aunque el presidente fue elegido por el pueblo, Europa considera que el régimen instaurado no es plenamente democrático. Alexandr Lucashenko se ha descrito a sí mismo como un “líder autoritario”, mientras que los países occidentales lo llaman dictador a secas. Es muy amigo de Vladimir Putin. Hace su política exterior como le da la gana. Tiene fuertes lazos con China y Siria. La mayor parte de la economía del país sigue siendo controlada por el estado y la inversión de capital extranjero es mínima: más del 40 % de las empresas privadas son bielorrusas, algo que no gusta nada al Occidente que quiere invadir literalmente estos mercados. La industria soviética fue modernizada, es funcional y no se importa demasiada maquinaria extranjera; y la exportación es limitada, pero se consigue mantener un equilibrio viable.
El novio de mi ahijada es bielorruso. El verano pasado charlamos un poco y me contó que en el país se respira paz y tranquilidad. Las infraestructuras se han modernizado mucho últimamente, el desempleo es bajo y la gente está contenta con lo que tiene. El muchacho no tiene un pelo de tonto; sabe de coches y tiene su propio taller mecánico. No me dijo que Bielorrusia necesitara de una primavera árabe. O de un invierno ucraniano. Bueno, ¿qué entenderá él, un simple mecánico, de esas cosas? Yo tampoco entendí gran cosa allá por los años noventa del pasado siglo cuando me decían que se acabó. ¿Que se acabó qué? Yo no sabía que había vivido en una cárcel. Tal vez sea mejor así.
2 respuestas a «La conquista del Este»
Tienes mucha razón en tus afirmaciones sobre la actitud depredadora de la UE.
En el desarrollo de la crisis de Ucrania parecen haber jugado un papel fundamental los intereses de grandes corporaciones agro-alimentarias alemanas y francesas que explotan terrenos de cultivo ucranianos. Lo hacen actualmente en régimen de arrendamiento ya que la ley prohibe la venta del suelo patrio a extranjeros.
Los nuevos dirigentes al servicio de occidente han prometido cambiar esa ley.
Y mientras, los oligarcas de siempre sigen pescando a sus anchas en este río revuelto de agua y sangre de héroes olvidados.
PARA CONTROLARLA, NECESITA EL SUR DE UCRANIA
¿Nuevo paso en la expansión de Putin?
Una región de Moldavia pide su anexión a Rusia
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El presidente ruso Vladimir Putin durante una reunión ayer en Moscú con miembros de su Gobierno (Reuters).El presidente ruso Vladimir Putin durante una reunión ayer en Moscú con miembros de su Gobierno (Reuters).
Eduardo Salceda*Enviar correo a Eduardo Salceda* 20/03/2014 (06:00) 24
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Minutos antes de que Vladimir Putin compareciese para expresar el apoyo ruso al resultado del referéndum celebrado en Crimea, el presidente del Parlamento de Transdniéster, Mijaíl Burla, envió a su homólogo en la Duma de Moscú una solicitud de adhesión a la Federación Rusa.
Transdniéster es un territorio separatista de la República de Moldavia –famoso por ser un agujero negro donde prolifera el tráfico de personas, drogas y armas– situado al este del río Dniéster, con una superficie de cerca 4.100 km² (es decir, más pequeño que La Rioja) y habitado por unas 600.000 personas que se dividen étnicamente en tres tercios casi perfectos en cuanto a su número: rumano-moldavos, ucranianos y rusos. Tras la revolución bolchevique entró a formar parte de la República Socialista Ucraniana y, a partir de 1945, la URSS lo unió a Besarabia para crear la República Socialista de Moldavia.
MOLDAVIA
Ubicación
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En 1990, ante el auge de movimientos nacionalistas rumanos que propugnaban la unión de toda Moldavia con Rumanía, el territorio se autoproclamó independiente con el único reconocimiento de Rusia. El principal interés ruso en la región era mantener el control de las bases militares del XIV Ejército soviético, otra similitud con el actual caso de Crimea. En 1992, Rusia envió al prestigioso general Aleksandr Lébed con la misión de evitar que Moldavia se hiciera con el control del territorio. Lo logró tras una corta pero cruenta guerra en la que murieron más de 700 personas.
En el año 2006 se celebró un referéndum similar al de Crimea, en el que el 97,2% de los votantes se declaró favorable a su integración en la Federación Rusa; aunque Moscú prefirió mantener el statu quo, otorgó más de 100.000 pasaportes.
Tras unos años de estancamiento de las negociaciones 5 2 (Moldavia, Transdniéster, Rusia, Ucrania y OSCE, más Estados Unidos y Unión Europea como observadores), en estos últimos dos años se habían producido avances a través de unas conversaciones bilaterales entre Alemania y Rusia. Tanto el presidente de Transdniéster, Yevgeni Shevchuk, como el de Moldavia, NicolaeTimofti, estaban desarrollando una política de “pequeños pasos”: reiniciar el tráfico de mercancías, abolir aranceles, la emisión de la televisión moldava en territorio transnistrio u otorgar el permiso de impartir clase en varios colegios de Transdniéster en rumano.
Una multitud celebra la anexión de Crimea a Rusia en el centro de Moscú (Reuters).Una multitud celebra la anexión de Crimea a Rusia en el centro de Moscú (Reuters).
Y, de nuevo, las bases rusas
Parecía cercano el horizonte de un acuerdo final que permitiese la reintegración de Transdniéster dentro de Moldavia a cambio de ciertas concesiones, como la de una amplia autonomía o la permanencia sine die de las bases rusas en su territorio.
El principal problema para el Kremlin podría subsanarse si Moscú decidiera crear un corredor terrestre desde Transdniéster hasta Crimea que pasara por la región sureña ucraniana de Herson. Putin tendría que apoyar activamente la secesión de ocho regiones del este y sur con mayoría rusa
Todas las esperanzas de un posible pacto se esfumaron cuando, en noviembre del año pasado, Moldavia firmó en Vilnius el Tratado de Asociación Oriental con la Unión Europea junto a Georgia. El mismo tratado que Ucrania, por presiones de Putin, rechazó firmar en el último momento, lo que constituyó la chispa que encendió las protestas que acabaron con el Gobierno en Kiev de Víktor Yanukóvich.
¿Cómo reaccionará Putin a la petición de Transdniéster? La Duma rusa tiene que pronunciarse este mismo jueves sobre el proyecto de ley propuesto por el grupo parlamentario Rusia Unida (al que pertenece el presidente Putin), que prevé la concesión de facilidades para la anexión de nuevos territorios a la Federación.
¿Se lanzará Putin a una escalada militar?
Todo dependerá, no obstante, de la evolución de los acontecimientos en Ucrania. El principal problema para el Kremlin de una eventual adhesión de Transdniéster sería su aislamiento geográfico, que podría subsanarse si Moscú decidiera incrementar su apuesta creando un corredor terrestre desde Transdniéster hasta Crimea que pasara por la región sureña ucraniana de Herson.
Este plan sólo entraría en vigor si Rusia decide apoyar activamente la secesión de las ocho regiones del este y sur de Ucrania con mayoría de población rusa, una posibilidad que, por el momento, niegan desde Moscú.
Queda por ver si Putin se lanzará a una escalada diplomático-militar o si se contentará con contemporizar y mantener a Transdniéster como un as en la manga con el que jugar el gran desafío que representa Ucrania
El vice primer ministro ruso, Dimitri Rogozin, anunció ayer una reunión especial del Gobierno para tratar específicamente el tema de Transdniéster, que se celebrará hoy mismo y durante la cual “las autoridades de la Federación Rusa tomarán las decisiones de rigor”. Queda por ver si Putin se lanzará a una escalada diplomático-militar o si se contentará con contemporizar y mantener a Transdniéster como un as en la manga con el que jugar el gran desafío que representa Ucrania.
Históricamente, Rusia siempre buscó su seguridad nacional a través de la expansión con un sentido propio de que existía una constante amenaza y de su obligación moral de defender o liberar a los pueblos eslavos sometidos.
También es necesario recordar la advertencia del príncipe Bernhard von Bülow, canciller del imperio alemán entre 1900 y 1909: todas las naciones europeas buscan su engrandecimiento a través de amenazas y contraamenazas, pero Rusia es la nación más peligrosa porque sí cumple sus amenazas, y sólo parece detenerse ante el despliegue de fuerzas oponentes superiores o tras una derrota militar.
La gran pregunta es si Estados Unidos y la UE sacrificarán al actual Gobierno de Kiev, al que Moscú considera un Ejecutivo ilegítimo y golpista, en aras de crear puentes de entendimiento que ayuden a enfriar la convulsa situación ucrania e instauren un nuevo statu quo europeo. Para Putin, el apoyo de Occidente a dicho Gobierno representa una línea roja que –a diferencia de las trazadas por Obama en Siria– nunca consentirá que se traspase.
*Eduardo Salceda es historiador y profesor de Historia de España en Rumanía.
http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-03-20/nuevo-paso-en-la-expansion-de-putin-una-region-de-moldavia-pide-su-anexion-a-rusia_104448/