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la librería proscrita

librería navidad

Las últimas semanas, Alejandro y yo nos hemos matado a trabajar; pero creo que ha merecido la pena: hemos conseguido cambiar radicalmente el aspecto de la trinchera proscrita conservando su esencia, y la fiesta de inauguración ha sido un éxito. Hemos hecho lo más difícil: dar el primer paso. Ahora hay que seguir trabajando duro.

La nueva librería proscrita abre la puerta a un montón de posibilidades, y en estos días se me han ocurrido infinidad de ideas. Pero no quería ponerlas en práctica hasta que no las hubiera comentado con el núcleo duro proscrito, que todavía no había podido venir por aquí. De modo que decidimos celebrar la comida de Navidad de la “empresa” en mi casa, así el hombre en la sombra y Miguel podrían pasarse a buscarme antes por la librería y darme su opinión.

A ambos les gustó mucho y, después de aplaudir los aciertos y hacer algunas sugerencias, nos fuimos para casa a dar cuenta del cocido. A media tarde, mientras tomábamos una copa en el salón, les expliqué el concepto de librería que tengo en la cabeza.

La idea no es vender libros al tuntún, sino traer sólo autores y editoriales que hayamos seleccionado previamente. Por ejemplo: editoriales independientes que todo aficionado a la buena literatura pueda degustar, escritores que todo aprendiz de escritor debería leer, libros que hablen de lo que preocupa a los adolescentes, cuentistas e ilustradores que hagan felices a los niños, guionistas y dibujantes que interesen a los aficionados al cómic, pensadores que sacien la sed de todo el que quiere comprender, poetas que emocionen a quienes se desmadejan ante una buena metáfora…

Mis camaradas de trinchera estuvieron de acuerdo conmigo en que la idea es muy bonita, romántica incluso. Pero yo no puedo llevarla a cabo sola: no puedo leer todos libros que ponga a la venta; bastante tengo con abrir a diario, colocar y dar de alta los pedidos, atender al público, dar clase, corregir, moderar el blog, escribir, imprimir facsímiles…

Para hacer el primer pedido recurrí a el hombre en la sombra, que me hizo la lista de las editoriales independientes con las que debería contactar. Elegir los títulos me llevó un tiempo: me he leído todas las reseñas y los primeros capítulos de casi todos los libros que hay en las estanterías; pero eso no me resulta difícil, la narrativa es mi campo. Sin embargo, para pedir los cómics tuve que recurrir a mi hermano Paco, que es el experto. Y eso me ha hecho pensar que la librería debería apoyarse en la sabiduría de otros.

– ¡Necesitas un consejo asesor! –exclamó el hombre en la sombra, que comprendió el concepto en el acto.

Esa es la idea. Que la librería proscrita funcione como una editorial: con directores de “colección” que salgan en los títulos de crédito.
Tenemos a la gente para llevarlo a cabo.
Seguiremos informando.

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(Abriremos todos los días no festivos. Nochebuena, abrimos por la mañana)
Proscritos (Buena literatura, cómics, poesía, infantil y juvenil)
c/ Real, 31. Torrelodones (Pueblo) Madrid.
Tél: 91 854 93 28

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