Miguel Pérez de Lema
Jeremy Rifkin es uno de los visionarios a los que conviene seguir la pista. Su libro sobre «La economía del hidrógeno» -que recomiendo casi con violencia- cambió mi forma de pensar y lo considero una de las luces seguras que me devuelven la confianza en la inteligencia humana, en este ocaso del humanismo. Allí, Rifkin explicaba que el reto de la energía es inevitable y que se debe superar no sólo con energía limpia, sino con energía horizontal, tal como internet ha traído la información horizontal y ha cambiado para siempre las relaciones de poder, para dar un salto evolutivo que conduzca a la verdadera libertad de los individuos y crear personas independientes que puedan ocuparse de sus asuntos.
Por eso me ha hecho especial ilusión escucharle hablar sobre otro de los grandes monstruos que nos amenazan: el desempleo tecnológico, y sobre cuyo avance catastrófico cada vez tengo menos dudas. Rifkin no dice gran cosa en el vídeo, pero lo interesante es que algunas de las grandes mentes del planeta están comprendiendo que algo muy grande está pasando y que vamos a tener la opción de hacer las cosas mejor, ya que inevitablemente las tendremos que hacer de otra forma, porque esto no es que se esté terminando, es que ya se acabó hace tiempo.
Cuanto más investigo más me convenzo de que K. tenía razón. Y pienso que todo el mundo debería saberlo. (Otro día, quizá, hablaremos de K.)
De momento cerramos por hoy con otro vídeo que explica las nociones básicas del por qué del desempleo tecnológico y sus previsibles consecuencias.
http://youtu.be/NGTplyAbtik
5 respuestas a «Es la tecnología, estúpidos»
¿Invierten en tecnología? Eso explicaría el por qué ustedes atraviesan una situación tan critica a pesar de los grandes negocios con ingentes utilidades que España tiene actualmente en América.
Si tienes el libro, préstamelo. Ya sabes que yo llevo años ofreciéndome a la ciencia como conejillo de Indias para que investiguen cuántas bombillas podría encender con la energía que despliego a diario.
Porque la otra frase, es: es la energía, estúpidos.
Hola a todos.
El post de Miguel toca un tena muy complejo: la actitud que conviene tener ante la tecnología. Necesitaríamos un monográfico largo para desbrozar el campo por eso sólo quiero hacer un par de apuntes complementarias.
1. El efecto de las tecnologías digitales
En 1950, cuando en el mundo había menos de cincuenta ordenadores, Norbert Wiener (MIT), el padre de la Cibernética, avisó a los Sindicatos USA que esta tecnología sería fuente de unos niveles desconocidos de subempleo, una monumental degradación de la naturaleza del trabajo y de gran desempleo.
En 1994, Jeremy Rifkin lo explica en «The end of Work» un libro en el que se confirman las predicciones de Wiener que sin duda todos hemos experimentado durante nuestras vidas.
2, Rifkin.
Tengo mis reservas hacia él más que nada porque su actividad está centrada en «consulting y propagan…ding» y sus clientres son gobiernos y grandes conglomerados.
El libro en el que aborda los «smart grids», como forma alternativa de generación, te deja la sensación de que sirve a demasiados señores y todos en el machito (uno de ellos la propia UE que pone como ejemplo).
En mi análisis de esta crisis –que coincide con mucho de lo expuesto por Miguel y otros editores aquí– el diagnóstico y la solución son poco compatibles con las causas del problema: El Modelo de Poder y sus Oligopolios. Rifkin vive en ese mundo.
Por lo demás vale la pena leer sus libros porque tocan asuntos aparentemente menores pero importantísimos. Leer es bueno siempre.
Saludos
Ya hablamos de eso hace poco
https://proscritosblog.es/2012/02/16/es-el-petroleo-idiotas/
La idea en esencia de Rifkin es sencilla de explicar. Cada hogar funcionará con un generador de hidrógeno (que será también el motor de su vehículo) Por la noche se conectará el generador al hogar y lo cargará. La gente será independiente energéticamente por lo que podrá vivir donde quiera con confort. Además se creará una Red de energía con millones de micro proveedores, enlazados, como internet ha hecho con la información y los gigantes no podrán imponer sus normas abusivas. La gente será libre.
Las pilas de hidrógeno -el problema de esta tecnología- están cada vez más cerca de ser competitivas, aunque es llamativa la escasísima dedicación de fondos públicos para desarrollar la tecnología, comparado por ejemplo con la gastado en el acelerador de partículas o en subvencionar el carbón.
El agua subirá de precio, eso también es cierto.
Que ironía de la vida, resulta que lo que para vosotros los urbanitas es algo del futuro, para los que vivimos en el campo en casas aisladas esa tecnología es algo cotidiano y necesario. Digo que es irónico porque se supone que en la ciudad es donde se desarrollan los últimos inventos y el campo vive en la prehistoria, cuando la realidad es que en el campo es donde mejor se ponen en práctica los adelantos de la gran ciudad. Pasa con internet, aquí es más necesario y beneficioso y pasa con la energía, donde en muchos lugares no podemos depender de endesa para encender una bombilla. Estas aparentes desventajas nos convierten en campo de experimentación para las nuevas tecnologías obligatoriamente y no nos cansamos de demostrar al mundo urbano que otras formas de estar en el mundo son posibles.