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Compañeros de trinchera

Quienes de niños se escabullen de toda responsabilidad con un yo no he sido o el profesor me tiene manía, acaban siendo adultos desarmados

por hijadecristalero
Imagen en contexto original: tomlyonswantsyou

La vida empieza en serio la primera vez que te enfrentas a una situación desagradable, en la que nadie puede dar la cara por ti.
Y la decisión que tomes entonces condicionará el resto de tu existencia.

Quienes de niños se escabullen de toda responsabilidad con un yo no he sido o el profesor me tiene manía, acaban siendo adultos desarmados que frente a los problemas sólo saben:

A) Encontrar culpables (la madre, el padre, las mujeres, los hombres, este puto país, la gente, las drogas, el alcohol, mi marido por dejarme viuda, el perro del vecino…)

– ¡Se nos quema la casa!
– La culpa es de mi abuelo. Porque si él no hubiera muerto tan joven, mi abuela no habría andado tan corta de dinero y habría podido cambiarse de barrio, mi madre no habría conocido a mi padre y ella no me habría llevado a aquel colegio, en el que don Leandro nos explicó la vida de los mineros ingleses del XIX con tantos pelos y señales que estuve tres noches sin dormir pensando que mis padres me mandaban a picar a la mina y claro, entonces me entró un miedo que no veas a coger la silicosis y …
– ¡Que se nos quema la casa, coño, trae la manguera!

B) Negar la realidad

– ¡Se nos quema la casa!
– Venga, no seas pesada y ven a ver la tele.

C) Desaparecer

– ¡Se nos quema la casa!

En caso de guerra, no quiero a ninguno de ellos en mi trinchera.
A mí ponme con esos que un día dijeron: he sido yo, no he estudiado nada o ya no te quiero.
Gente con cicatrices.
Veteranos.

Hijadecristalero es autora de Historia de un desclasamiento

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