por Ratón de Biblioteca
Fotografía: Archives du 7eme Art/Photos12/Alamy
Editorial: Seix Barral, Biblioteca Breve.
He disfrutado mucho leyendo Dublinesca. Entre otras cosas, me ha hecho pensar que, cuando tenemos quince años, los padres quieren saberlo todo de nosotros; pero cuando ya rondamos los cincuenta, prefieren que no les contemos la verdad.
Riba es hijo único y mantiene una relación con sus padres que es más común de lo que a primera vista pudiera parecer. Va todos los miércoles, sin faltar ni uno, a visitarles; y los padres aguardan todos los miércoles a que él les entretenga con el relato de su último viaje; que es lo que les da la medida de la importancia de su hijo en el mundo. Pero el hijo es un editor retirado con el que ya nadie cuenta, y no tiene viajes que contar. Pero los padres sólo quieren oír hablar de viajes, de éxitos, de cosas entretenidas y ligeras. Y Riba, que se está derrumbando, no se atreve a desilusionarlos.
Ha tenido que dejar el alcohol por motivos de salud y, con el alcohol, a sus amigos habituales, escritores bebedores todos ellos. Como cualquier adicto, ha sustituido una adicción por otra y ahora está enganchado a Internet, lo que no impide que la sobriedad le haga ver su vida como un gran fiasco. Y ,mientras, su mujer se hace budista.
Y un buen día, acosado por las preguntas de sus padres, se inventa un viaje a Dublín en el que organizará un funeral por la era Gutenberg, por el fin de los editores literarios, por el fin del autor. Y lo que empieza siendo una mentira piadosa, se convierte en un motor.
En las obras de Vila-Matas nunca se sabe quién es el asesino, lo importante no es el final, sino el viaje. Y en éste, que disfrutarás mucho si tienes cierta edad y sabes lo que es el vacío existencial y la búsqueda, hay un hermoso juego literario que no olvidaré nunca. El editor, que toda la vida ha sido francófilo, decide que ha llegado la hora de dar lo que llama el salto inglés. Se obsesiona con que su sitio es Nueva York, y que Dublín es la primera escala necesaria. Pero acaba diciendo:
Es muy grande Nueva York, pero quizá sí, quizá sea verdad que tienen razón los días laborables.Y Dublín. Quizá tenga razón Dublín»