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Feminismo institucional

por hija de cristalero
madrastra

En nombre de la igualdad, la señora Aído quiere prohibir ahora los cuentos clásicos en el cole. ¿Y por qué no prohibir todos los grandes de la literatura? A lo largo de la historia, la gran mayoría de los escritores han sido hombres que no vivieron en ninguna sociedad feminista.
Podríamos reescribir La Quijota y Hamleta y prohibir bajo multa de 3000 euros leer a Cervantes y a Shakespeare.
Y por supuesto, decir a los escritores qué y sobre qué pueden escribir.

Me parece un insulto que una mujer que no ha trabajado en la vida real me diga a mí, madre trabajadora -y escritora, para más inri-, qué cuentos debo leerle a mis hijos.
Ser ministra de Igualdad no es trabajar.
No veo yo que la gente la abuchee con cada muerta, así que eso debe ser competencia de Interior. Del mismo modo que lo de los cuentos debe ser competencia de Educación y los mapas de reconstrucción del clítoris de las mujeres que hayan sufrido ablación (casi todas nosotras, es un estudio de primera necesidad), debería recaer sobre Sanidad.

¿Qué responsabilidades tiene la ministra más allá de gastarse el dinero que le dan y salir en la foto?
Se lo cambio por un mes trabajando a lo que salga, sin contrato ni posibilidad de pagar autónomos, siendo cabeza de familia monoparental, sin sueldo fijo, sin paro, sin pensión de alimentos, sin casa. Sin dormir porque a día 15 quedan 50 euros en la cuenta, la nevera está vacía y hay varios recibos sin pagar.
Si van a crear un Ministerio de Igualdad, si en nombre de las mujeres van a cargarme de más impuestos para engordar el Sistema a mayor gloria del Mesías, pongan al menos al frente a una mujer de verdad. A una que sepa lo que es la vida.

Que ella diga lo que mis hijos pueden leer, me parece tan marciano como que los curas pretendan decirme qué debo hacer con mi sexo.
Del que disfruto con alegría y sin ningún remordimiento de conciencia.

Y no me enseñó a disfrutar de él un comando de feministas rencorosas.
Me enseñaron los hombres, coño.

0 respuestas a «Feminismo institucional»

Cuando en la última remodelación ministerial Zapatero se sacó de la chistera el conejo de Bibiana, la esperpéntica parodia del poder en España alcanzó un climax histórico.
La clá de feministas y posmodernos aplaudió y el bufón Berlusconi hizo su chiste rosa.
Pero no tiene ni puta gracia que en este pais y en estos momentos tengamos que seguir soportando y financiando este lamentable espectáculo. Y echo en falta los abucheos de mujeres de verdad que como tú, hija de cristalero, se sentirán manipuladas por esta ministra mal follada.

Lo que quieren enseñar las mujeres es que tienen cojones pero las aseguramos que hay bastantes hombres con vagina, putas con piel de macho. Que no se preocupen, que las queremos así, con sus dos tetas y demás.
En cuanto al cuento de Blancanieves, no hay que prohibirlo sino reescribirlo, con la ministra de Blanca y Zapatero de príncipe, etcétera.

Jajajajajajaja!, qué bueno, Hija!
A la fantasía, hay que ponerle alas, no cortárselas.
(Ay estas jóvenes inexpertas…).

Cambiando de tema, quiero poner un post en el texto de los amores reencontrados, pero no lo encuentro!!! (el texto, digo).

Conozco por lo menos media docena de tesis doctorales de psicología sobre los cuentos de hadas, realizadas desde las perspectivas clínica, evolutiva, psicohistórica, psicoeducativa, psicolingüística, etc. Vienen a coincidir en que los cuentos de hadas representan simbólicamente elementos con fuertes cargas fantasmáticas que pueblan las mentes infantiles, que así hallan en ellos un medio de manejo por la conciencia de sus sorpresas, temores y anhelos. Los cuentos de hadas poseen una gran potencia simbolizante al poner al alcance de los niños los grandes mitos que pueblan la infancia de todas las culturas de luces deslumbrantes y procelosas sombras. Estas tesis doctorales suponen largos años de paciente estudio e investigación por parte de estudiantes (y estudiantas, jeje) del ser humano a través de la historia y las culturas.
Lo que me alucina, lo que me deja estupefacto es la desfachatez, la presuntuosidad, el desprecio a la ciencia y al conocimiento, que nos trae Zapatero y sus secuaces, doctorados todos en burrología narcisista y modelna pretenciosidad.

Una de las palabras prohibidas en el léxico políticamente correcto moderno es «calzonazos». Ahora se dice «politicamente correcto».

Pero en casos como estos, donde los hombres tienen que ser más feministas que las mujeres, sin atreverse a enfrentarse jamas a las mayores burradas, inventadas en nombre de la igualdad… creo que el término es perfecto, debería ser recuperado y puesto en un pedestal: «GOBIERNO DE CALZONAZOS».

Bravo:
Creo que todas las madres estamos contigo, en lugar de compartir el dinero parece ser que es necesario hacer tonterias como estas.

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