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Augures contemporáneos 2: el ángel exterminador

Miguel Pérez de Lema

Conozco esa mirada azul fría, esa presencia rubia implacable/impecable, y esa graciosa lengua de trapo del hombre blanco cuando habla nuestro idioma y nos pone en nuestro sitio: camareritos de Europa, desastre sin remedio y súbditos sumisos de todos los poderes. Empezando por el poder azul y rubio del hombre blanco -no, nosotros no somos blancos, somos mestizos, somos la revuelta camada de una promiscua perra callejera, mil leches le decían en mi pueblo a esa raza que era la suma de todas las razas-.

Sé cómo nos ven, más arriba de los Pirineos -Dios mío, estamos volviendo a hablar de más allá de los Pirineos-, sé su añejo veredicto sobre nuestra desastrada soberbia: «Soberbio como un andrajoso español» es frase hecha de la cultura popular anglosajona desde el S XVI.

Uno ha viajado algo y ha estrechado esas manos, y ha sentido esa pequeña relajación, esa suficiencia del hombre rubio cuando escucha la palabra España. Sí, hay que temer al hombre blanco, sus razones razonadas, sus ciencias exactas y sus sentencias de seguro cumplimiento, y la recta trayectoria de su espada de fuego con la que puede fulminarnos, ya que no hemos sido capaces de aprender nada de él, ni siquiera a temerlo.

Y el domingo, a votar al cacique.

Y luego, otra siesta.

¡Y que vivan las caenas!

Entrevista a Jonathan Tepper en el programa Singulars, de TV3.
(Parte 1 de 5)

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=nPpA4PbkKY8&feature=related[/youtube]

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¿Para economistas?

Te lo resumo: la deuda de las empresas y familias españolas es impagable. Los bancos van a quebrar porque no les van a pagar. Otras empresas van a quebrar porque los bancos no les van a poder prestar dinero. La solución de España es devaluar la moneda pero no puede hacerlo. Estamos en un círculo vicioso y el Gobierno no sólo no es capaz de solucionar nada, si no que ni siquiera ha reconocido el problema. Y los españoles, aunque les digas lo que hay, te contestan «Este no me ha molado tanto, habla para economistas», como si el apocalipsis fuera un puto espectáculo.

Fin.

La historia humana es un apasionante espectáculo y el apocalipsis es la traca final. ¿Crees que estamos en ese punto del show, Miguel? Yo no lo creo. En España y en otros paises ha habido momentos más dramáticos y no provocaron el fin, sino el cambio. El guiri dice que tenemos que pagar la cuenta de nuestro banquete europeo pero que no tenemos dinero para hacerlo. Bueno, pues habrá que fregar los platos. El trauma será para quienes hayan creido a nuestros políticos, que llevan 20 años diciendonos que somos tan ricos como los europeos o más. Pero yo al guiri le diría que el problema de tener siempre los pies en el suelo es que no te puedes quitar los pantalones. Ha llegado el momento de demostrarles nuestro ingenio patrio.¿Alguna idea?

Por supuesto que no estamos en ese punto, Antonio.

Pero si no hinchamos un poco el perro para que al menos la gente sepa lo que está pasando vamos a seguir sin reaccionar y sin saber por qué se va todo al carajo. En Argentina tampoco quisieron verlo.

En lo que, desgraciadamente, no tengo la más mínima esperanza -y créeme que me duele- es en «el ingenio patrio». Creo, más bien, en la revolución pendiente.

Pero al menos, como escribió mi maestro, esto no es el fin, no:

«esto no es el fin del mundo, esto no es sino una purga del mundo, una purga preventiva y sangrienta pero no apocalíptica, el fin del mundo se anunciará con signos muy claros e inequívocos: los hijos envenenarán a sus madres en el vientre con las más ingenuas ponzoñas, los árboles más ilustres y reverentes se convertirán en esponjas opacas y durísimas y el sol, en lugar de salir por el horizonte, nacerá de los amargos espejos de los velatorios, de los espejos cansados de retratar los titilantes cirios funerarios de los inútiles desconsuelos, por ahora ningún signo se advierte, podemos irnos a dormir tranquilos, debe ser ya muy tarde, te aseguro que importa menos el sufrimiento que la conducta, vayámonos a dormir, debe ser ya muy tarde y el corazón se fatiga de tanta necedad».

Pues a eso me refería yo con lo de que éste me había gustado menos: nosotros ya sabemos como está la cosa, no necesitamos convencernos de nada. Pero, cuanto mejor se explique quien tiene los datos, más fácil será abrir los ojos a quienes no quieren ver.

La crisis financiera explicada de manera sencilla : Esto anda circulando por ahi..

Heidi es la propietaria de un bar en Berlín. Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en paro, beban hoy y paguen otro día. Va anotando en un cuaderno todo lo que consumen cada uno de sus clientes. Esta es una manera como otra cualquiera de concederles préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se empieza a llenar de más clientes.
Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar los beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad. El margen de beneficios aumenta vertiginosamente.
Un empleado del banco más cercano, muy emprendedor, y que trabaja de director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base para su devolución las deudas de los clientes del bar.
En las oficinas del banco los directivos convierten estos activos bancarios en «bebida-bonos», «alco-bonos» y «vomita-bonos» bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en el mercado financiero internacional. Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué garantía tienen estos bonos, ni siquiera si tienen alguna garantía o no. Pero como los precios siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también constantemente.
Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un día un asesor de riesgos financieros que trabaja en el mismo banco (asesor al que por cierto despiden pronto a causa de su pesimismo) decide que ha llegado el momento de demandar el pago de las deudas de los clientes del bar de Heidi.
Pero, claro está, no pueden pagar las deudas.
Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota.
Los «bebida-bonos» y los «alco-bonos» sufren una caída de un 95% de su valor. Los «vomito-bonos» van ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.
Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se encuentran en una situación inédita. El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia.
El gobierno interviene para salvar al banco, tras conversaciones entre el presidente del gobierno y los líderes de los otros partidos políticos.
Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno introduce un nuevo impuesto muy elevado que pagarán los abstemios.

¡COÑO…!¡Por fin! ¡Una explicación que entiendo!.

SHEILA. Sí, se entiende muy bien. No dirán que es «paraeconomistas». Y lo del impuesto, ya ves, el IVA one more time.
BÁRBARA. Lo del sufrimiento y la conducta digo yo que será la disciplina inglesa herencia de los Trulock. Y lo del crack me parece una imagen acertada, con la Pajín de dealer del presi para su encuentro cósmico con Obama.

Cuantas más veces veo los vídeos, mejor me cae el guiri y más caigo en la cuenta de que
desde su suficiencia avala muchas de mis opiniones de antes y después de la crisis.
Me gusta lo de que el final de la película está por escribir. Ahí va uno posible:
Los españoles culpan de todo a Zapatero y el PP sube al poder, a pesar de lo cual la tasa de paro no baja del 15%. Los inmigrantes se van y la incualificada mano de obra española emigra, como ya lo hacen hoy en día nuestros licenciados cualificados. Los zombies, bancos, inmoviliarias y vendedores de sanitarios de Móstoles, quieban por fin ante el acoso de sus competidores menos contaminados. Los precios y los salarios bajan, la supuesta clase media vuelve a ser baja. Seguimos en recesión. Los españoles con trabajo curran más y viven más humildemente por lo que necesitan más que nunca la evasión en tiempo libre. Los profesionales del ocio y la cultura y mantienen, cuando no incrementan, sus cuotas de mercado y su poder adquisitivo.
Aunque no es un FIN sino un CONTINUARÁ, a mi me pone.

Hmmm… Cuando la gente no tiene pasta, no se lo gasta en ocio, porque tiene que currar más horas.
Yo hace cosa de dos años que no me gasto nada en ocio ni cultural ni de aventura.

Por cierto, si os gusta esta serie que está haciendo Miguel, sólo tenéis que copiar el link del artículo y pegárselo en un correo a vuestros amigos.

Volviendo a los finales posibles, sería muy nuestro uno tipo Harold Foster en su cómic del Príncipe Valiente:
Siglo V d.C. En Andelkrag, fortaleza de Europa central, sus habitantes resisten durante meses el asedio de los hunos, los bárbaros de las estepas orientales acaudillados por Atila. Y lo hacen sin recurrir al racionamiento de víveres y sin renunciar a su hedonista modo de vida tradicional, del que forman parte fundamental las fiestas donde se disfruta de la gastronomía, la música, la danza y la poesía. Cuando el recién incorporado a la defensa Príncipe Valiant conmina al señor de la fortaleza a adoptar estrategias de austeridad frente a la crisis, éste le contesta que «ningún bárbaro piojoso va a cambiar nuestro estilo de vida»; y así, cuando agotan sus reservas, aplican la eutanasia a sus mujeres e hijos y se lanzan a un combate suicida, cuerpo a cuerpo contra miles de hunos.

Eso me recuerda a Sadam Jesulín.
Cuando descubrieron que gastaba el dinero del programa de petróleo por alimentos en hacerse más palacios, dijo que por supuesto que había que hacer palacios y no gastarlo todo en comida, que eso era lo que salvaba a los iraquíes de convertirse en animales de granja. Sabía que iban a ir por él tarde o temprano, muerte o mandingo, y eligió muerte.

Pues, a pesar de las pocas simpatias que tengo por Sadam Juselín, algo de razón no le faltaba.
Probablemente el pueblo pensaría que Felipe II era un cabrón por hacerse El EScorial. Felipe II murió hace la torta de años, y el Escorial ahí sigue: dando de comer a mucha gente en la sierra.
Y quien dice El Escorial, dice Versalles o las pirámides de Egipto.

Acabo de enterarme de lo que son los CDS: pólizas de riesgo que se contratan para asegurar una inversión. Si los valores asegurados con los CDS bajan en bolsa, uno recupera el dinero invertido. Pues bien, estas pólizas se han convertido en un producto especulativo muy demandado por inversores que compran CDS asociados a valores bursátiles que ellos no poseen. Según algunos expertos en economía, los CDS son «armas de destrucción masiva» (tan peligrosas como las hipotecas subprime) para el sistema financiero actual, presuntamente más regulado tras el crack del 2008.
La deuda pública de un pais está asegurada por CDS cuyo valor varía según su solvencia. Por ejemplo, España tiene unos CDS valorados en unos 100 puntos por unidad, mientras que los de Grecia valen 300, los de Argentina 1000 y los de Dubai 600.
Lógicamente, la duda sobre la solvencia de un país hace que sus CDS aumenten de valor, para beneficio de sus propietarios.
Empiezo a preguntarme si Mr. Tepper o alguno de sus clientes tendrán CDS de España.

Eso decía Pepiño Blanco, que España va bien pero hay una conspiración para hundirnos. Y si lo dice Pepiño, esa mente preclara que casi aprueba primero de derecho, pues tiene que ser cierto.

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