Miguel Pérez de Lema
La relación que cada uno de nosotros tenemos con el poder, y quien lo encarna. Del amor, o el miedo, o la sumisión, o el desprecio, o el odio, al Querido Líder.
Yo siento un sincero desprecio por el actual presidente del Gobierno de España. Y tengo miedo de este sentimiento. Y lástima por mi país.
Y veo en él, en José Luís Rodríguez Zapatero, la encarnación perfecta de la debilidad de nuestra democracia, carcomida en sólo 30 años hasta el tuétano por la burocracia de los partidos, que son una oligarquía absoluta e impenetrable. Esta oligarquía que se retroalimenta y premia a quien mejor se desenvuelve dentro de sus propios códigos de corrupción, endogamia y sectarismo. Y que, como un agujero negro, ya no deja que nada escape a su campo gravitatorio, ni la luz.
El Gobierno de los peores.
Lo cual que llevo unos días pensando ¿Y si vuelve a ganar?
¿Dónde acabaríamos tras una tercera legislatura del peor gobernante -en un país de honda tradición de gobernantes nefastos- desde Fernando VII?
¡Imaginad a este sujeto en la Moncloa hasta 2016!
Ya escucho los reproches de los leales electores: la oposición no es mejor. El último sondeo de popularidad da peor nota a la oposición que al Gobierno, mientras llegamos a los 4 millones de parados, y tenemos en paro a un 42% de los jóvenes de menos de 30 años. Cifras de país del centro de África.
¿Y si vuelve a ganar?
Nos lo habremos merecido.
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Nos van a subir todo.
Y dos veces.
Una ahora, a principio de año.
Y otra cuando apriete el calor: la subida del IVA.
Leo que Sarkozy va a subvencionar a la prensa francesa, y oigo a la española frotarse las manos, rezando para que esa medida se contagie a nuestro insigne presidente.
El modelo de negocio se acaba y no podemos sostenerlo indefinidamente. Esto no es una crisis pasajera, es una crisis del sistema. Es un cisma con lo anterior, como en su día lo fue la invención de la imprenta.
¿Hasta cuándo se va a seguir cargando sobre el pueblo el peso de la vanidad del mundo del arte y de la comunicación? ¿Cuánto van a poder aguantar nuestras espaldas? Un día salvamos a la banca, otro a la industria del automóvil, otro al cine, otro a la prensa, otros nos suben la luz, después nos subirán el IVA, es decir, todo…
Y cada día son más los que ya no tienen sueldo.
No hay estadistas.
No hay nadie al frente con talento. No hay ningún sabio cerca del Iluminado que entienda lo que está pasando. O no hay nadie con tanta labia como para doblegarlo a que escuche. La foto de la última reunión de sabios en la Moncloa lo decía todo.
González, comparado con este dibujo animado que ahora pone cara a la presidencia, da seguridad. A pesar de que sabemos de él lo que sabemos. Y el muy zorro sigue siendo el más zorro de todos (sólo por eso ya tiene ganada nuestra confianza) Mientras que los demás se han arreglado como para ir a una reunión seria, él se ha vestido como quien antes de ir a dar un paseo por el cortijo, tiene el humano gesto de pararse a charlar con el hijo subnormal del capataz.
Desde luego no iba vestido como quien se encamina a una reunión que salvará a Europa de la salvaje crisis que la asola. ¿A qué no?
González es un maestro de la semiótica: jersey y pantalón de pana.
¿Qué aleteo no habrá sufrido el corazón de quienes le votaron siempre?
Quien nos ha metido en este hoyo, rescatará a Europa.
Venga ya, hombre, joder.
El dibujo animado éste no va a parar hasta que empecemos a delatarnos unos a otros para sobrevivir.