por Juan Hoppichler
Fotografía en contexto original: Theindypendent
Un día ofrecí a Sebas, el indigente que habita en un parque próximo a mi casa, pagarle una pensión para pasar la noche. Dijo que muchas gracias pero que no, que eso era peor, que lo duro de estar sin techo era el primer día, cuando te das cuenta de que no tienes dónde quedarte, y que dormir caliente, con ducha y con desayuno para volver a la calle otra vez al día siguiente era revivir la misma ingrata experiencia. Se encontraba mejor así, regularmente ebrio, con sus compañeros de fatigas y en su banco. Sólo saldrá cuando sepa seguro que jamás pasará de nuevo por la experiencia del desahucio.
Salvando todas las distancias, anoche me identifiqué mucho con Sebas.
Jara me sugirió que vayamos a pasar las Navidades a Nueva York. Nunca he estado allí pero estoy seguro de que me atrapará. Querré instalarme allí, pero la realidad del visado y la falta de dinero me harán volver a esta pocilga llamada Madrid. He pasado por eso muchas veces. Estar fascinado por un sitio y tener que irme. No quiero ser turista nunca más. Luego me cuesta meses de bilis y maldiciones hacerme a la idea de que he regresado. Prefiero seguir aquí hasta que tenga mi plan de evasión. Iré a Nueva York, Montevideo o Burkina Faso sólo cuando sepa que soy libre de quedarme.
0 respuestas a «Inquietud»
Hum.
En tu caso me parece que lo que hay es miedo.
Todos somos libres de llegar un día a un sitio, romper con la vida anterior y quedarnos.
¿Qué te impide llegar a un sitio y quedarte? ¿Las cosas que tienes o el miedo a reinventar la vida?
¡por supuesto que hay miedo! Por infame que sea una vida gris siempre puede empeorar con un cambio.
Pero también hace falta dinero, un plan…y avisar a quienes me soportan de que me voy. Solo.
Entiendo el comportamiento de Seba,en cuanto al miedo de volver a la indingencia después de unas efímeras horas de placer.Estamos hablando de un desahuciado, es lógico su sentir.Muchas veces me costó dejar lugares alucinantes como turista,hubiera necesitado mas.Pero me he vuelto con la intención de regresar,aunque sin saber con seguridad cuándo y como.Antes de volver atesoré lo que pude dentro mío y busqué semejanzas placenteras jugando a pleno con mis sensaciones.Siempre pensando en poder vivir a mil,donde sea,donde pueda,donde mi cabeza y mi corazón corran maratones de adrenalina,agradeciendo al destino.Susana (una mujer argentina).