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General Lecciones de la vida

Maldito parné

por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: historiadelosmedios
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Un año más, llego a Navidad con los bolsillos completamente vacíos.
Hace años, millones de familias vivían decentemente con lo que yo ingreso en mi casa. Hoy, muchísima gente gana menos de lo que pago de alquiler: 920 euros.

Si estuviera yo sola, hace mucho tiempo que habría migrado a pueblos más baratos que éste. Pero mis hijos creen tener sus raíces aquí, todavía son demasiado jóvenes para comprender que las raíces están en los otros y no en las cosas ni en la tierra.
Cuando yo tenía la edad de mi hija, mi padre se arruinó y tuvimos que vivir unos meses en otra provincia. Sé por experiencia que esos cambios tan radicales suponen un antes y un después en la vida de un adolescente. Y sé también que yo no puedo protegerles de todo y que, tarde o temprano, llegará el momento de comprobar si les he preparado bien para la vida.

Salieron de la infancia bruscamente por la peor de las puertas y ahora están en una edad difícil. Mudarse será menos traumático dentro de un par de años, cuando el mayor abandone el instituto y tenga que hacer un montón de kilómetros en autobús cada día para ir a la facultad. Cuando su pequeño mundo comience a expandirse.

Pero a veces las circunstancias obligan a replantear la situación.
Sobrevivir significa adaptarse, y si la situación económica del país sigue con ese desfase entre el precio de la vida y la realidad salarial, tendremos que buscar una cueva más lejana y más barata. Aunque no sea el mejor momento.

Pero antes de tomar ninguna decisión, he escrito a los Reyes Magos.
Les he pedido menos Estado y más trabajo.

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