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El Guru y otras hierbas, 33

Me ha quedado un regusto extraño.
Tengo la sensación de que he desaprovechado una oportunidad irrepetible, pero, por otra parte, me alegro de que los remordimientos de conciencia me aguaran la fiesta: eso me impedirá cometer más tonterías.
Aunque no estoy seguro de que follar con la Sacerdotisa sea una tontería.

– Es un lujo, un lujo- me dice el Guru con cara de pocos amigos-. Ah, qué decepción me he llevado contigo.

Un padre no se sentiría más afligido por el naufragio de su primogénito. Y lo peor es que mi saliva me sabe a fracaso. Me acosté con ella porque necesitaba sentirme muy hombre, pero sigo anclado en mi eterna y frustrante adolescencia.

– Tal vez ella sea demasiada mujer para mí.
– ¡Claro que es demasiada mujer para ti!- contesta abriendo los brazos- ¡Claro que sí! Ahí está el aliciente, coño: en someterla.
– ¿Someterla?
– Someterla con tu polla: que te tenga en la cabeza todo el día, que se arrodille a tus pies, que siempre esté dispuesta para ti, que las paredes de su coño palpiten en tu ausencia, que necesite que la folles, que le demuestres quién manda…- dice con el velo de los recuerdos en la mirada, salivando, sintiendo en sus enormes labios el sabor de un sexo que los dos conocemos- Ella está ahí, libre como un animal salvaje, ¿qué digo? : ella es un animal salvaje. Un hermoso animal salvaje que corre en libertad. Y tú tienes que domesticarla con tu polla. La deseará tanto que sólo tendrás que dejarte ver para que ella acuda a ti sumisa y húmeda.

Se llena los pulmones de aire y me mira con ojos brillantes. Los dos nos hemos puesto cachondos hablando de ella y los dos lo sabemos.
Y probablemente, ella también lo sepa.

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0 respuestas a «El Guru y otras hierbas, 33»

Magnífica entrega.

Sin contar con la legión de pajilleros de bragueta abierta que acudirán como abejas a la miel (coño, polla, follar, sexo, sumisa, cachondos…)

Qué manía os ha entrado a todos últimamente con meteros con los pobres pajilleros.
¿Es que no tienen derecho a la vida? Una paja es algo relajante que alivia de la ausencia de sexo compartido, no os metáis tanto con los pobrecitos.
Y, si además, buscando sexo, llegan hasta aquí y encuentran algo que les gusta, mejor que mejor ¿no?

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