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General Literatura

Anonimato

por puritointelecto
anonimato

En los próximos días me van a pagar para que hable sobre el anonimato.
Sobre por qué no firmo con mi nombre.
Por qué paso la puta vida escribiendo y no rubrico con mis apellidos cada coma.

Quizá porque trabajé con escritores desde muy joven.
Aunque ellos no se dieran cuenta de que trabajaba para ellos. A fin de cuentas ellos eran los divos y yo sólo la chiquita que les llevaba el café al despacho del editor.
O la jovencísima amante de éste que llegaba a buscarle a la tertulia a bordo de lo que ellos llamaban “vespino”.
Sólo reparaban en mi presencia para detener sus ojos en mis tetas, y seguían hablando como si yo no tuviera un plan en la vida: escribir.

Conocí a genios humildes: se ruborizaban si les hablabas de la admiración que sentías por su obra y cambiaban rápidamente de tema.
A mediocres enfangados de vanidad: no esperaban a que les leyeras para lanzarse a disertar sobre las bondades de su obra durante horas.
También aprendí lo que los focos de la fama pueden hacer con un escritor. Las luces acaban con su invisibilidad, con su privilegiada posición de emboscado en la realidad, con su poder. Y el escritor pasa de ser autor a ser personaje. De tertulias, de programas, de concursos…Cuántas veces no habré oído decir a los fracasados: desde que X ganó aquel premio no ha vuelto a escribir nada decente.

Amo el anonimato porque sigo teniendo un plan en la vida: escribir.

0 respuestas a «Anonimato»

¿No irás mañana? Yo estaré mañana allí con mi ordenador sin teclas y mis gafas en la punta de la nariz. Si no puedes ir, sigue por aquí, seguiré tratando el tema.

Leo sobre el poeta José Agustín Goytisolo, autor de poemas tan cantados como «Palabra para Julia» ó «El lobito bueno».

Decía él que » la poesía no es de quien la trabaja sino de quien la necesita». En uno de los epigramas de «Cuadernos de El Escorial» lo expresó así:

«Hay quien lee y quien canta poemas que yo hice
y quien piensa que soy un escritor notable.
Prefiero que recuerden algunos de mis versos
y que olviden mi nombre. Los poemas son mi orgullo».

Digo yo que hace falta tener un alma realmente generosa para ello.

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