por proscrita
Hoy en clase leímos una frase de Auster: Los escritores somos seres heridos. Por eso creamos otra realidad. Y se estableció un debate interesante.
Cuando hace veinte años era yo la alumna, mi primera pregunta como aprendiz de escritora fue: ¿estáis de acuerdo en que escribiendo se sufre? El profesor era un joven Luis Landero que todavía no acababa de creerse que le pagaran por hablar de sí mismo. Yo era todavía más joven que él y me hacía reír la idea de que para escribir hubiera que sufrir. Landero sorteó la cuestión contando una anécdota muy divertida con la que se granjeó nuestra simpatía: estando de gira por universidades de Estados Unidos, en un aula se produjo una confusión. Los alumnos creían que el fusilamiento de García Lorca era una licencia poética- ay, la inocencia norteamericana- y pensaban que Landero era Lorca. Y el autor de “Juegos de la edad tardía”, haciendo honor a la picaresca española, no les sacó de su error. (Que me perdone Landero, a quien no he vuelto a ver desde entonces, si la anécdota no fue así exactamente, han pasado muchos años)
También me tiré de la risa de la silla el día que Andrés Sorel nos contó que Larra- creo que era Larra- era muy estreñido y eso se notaba en lo que escribía.
Juventud, divina arrogancia.
Hoy, en clase, a raíz de la frase de Auster discutimos si el sufrimiento era necesario para escribir, para el arte en general. Y mis alumnos consiguieron que regresara a casa dándole vueltas, de hecho pienso proponer que retomemos el asunto en la siguiente clase.
El sufrimiento es necesario para crecer.
Para estar vivo.
Que acabe siendo arte o no, depende de muchas cosas: de la tierra, de la semilla, del abono, del sol, de la lluvia, del frío, del calor, de los tutores, de los insectos, de los rayos, de las nevadas, de los topos, de los perros salvajes, de los ladrones…
Eso sí, si alguien intenta convencerte de que sufre más que tú porque es artista, ríete en su cara.
Escribir, según mi amigo Manuel el loquero, es para los escritores pasar la vida a limpio.
Escribir nos mantiene a salvo.
Son los otros, los que de verdad sufren, quienes creen que sufrimos.
Mi hijo, cada vez que me ve escribiendo, me dice: ay, mamá, qué poco me gusta que sufras.
(Talleres Proscritos en Torrelodones, Madrid: 91 854 93 28 ó informacion@proscritos.com )
0 respuestas a «Taller de escritura 1»
¡Viva EGC, o sea, o si, Emilio Gutierrez Caba!, ¡o cava o champán, da igual, no, no da igual!
Hola Marisol,
felicidades por ese taller, leo que va caminando. Si hay algo de sufrimientl en el artista, creo que igualq ue cualquier mortal, solo que el artista puede expresarlo de alguna manera, pintando, escribiendo, esculpiendo, haciendo música, y los ingenierosn lo expresan leyendo, escuchando música, yendo al cine o tratando de identificarse con algún cuadro cubista de Picasso porque así sienten que tienen el alma, igual de rota.
Besos,
Rodolfo Naró