Categorías
General Literatura

Post-Literatura: algunos apuntes, o glosas, o comments al respecto

Pedro Lluch
Fotografía en contexto original:ounae
postliteratura.jpg

Debo andar muy aburrido cuando un neologismo me espeluzna y un epíteto sin fundamento me sulfura. El caso es que doy vueltas ociosas por esta capital del Cáucaso que carece de encantos y considero qué puede ser la Post-Literatura. Y reflexiono sobre el pequeño trance que este neologismo me ha producido: ¿por qué el susto, a qué el miedo?

El neologismo en cuestión puede leerse diversamente. Una primera acepción (que creo es la que me ha erizado la piel) es entender el prefijo según su raíz latina, esto es: el palabro haría referencia a una Literatura posterior, se supone que posterior en el tiempo a la Literatura, del mismo modo que el post-modernismo (sea lo que se etiquete con este nombre) sigue al modernismo según una taxonomía discutible pero extendida y bastante aceptada. El susto venía de aquí: ¿es que se ha terminado la Literatura y yo, que siempre ando en Babia, o por el Cáucaso o a saber dónde, es que acaso no me he enterado?

La otra lectura del término interpreta post en su acepción de escrito del que se compone un blog, y así post-Literatura sería Literatura de posts, o basada en ellos. (De lo cual derivo que estas consideraciones metaliterarias bien podrían llamarse comments, o glosas, en castellano.)

Antes de extenderme, será preciso que revisemos un concepto esencial. Si no yerro, se entiende por Literatura el Arte de relatar historias mediante la palabra y fijando su forma por medio de la escritura. Con una etimología isidoriana podríamos decir que son las letras duras las que hacen la Literatura. Sin ellas existe cultura de la oralidad, que también relata historias, aunque difiere en sus formas, se desvanece en el tiempo y cuyos ecos han perdurado en las Literaturas primeras de muchas culturas (léanse Havelock y Ong al respecto).

Considerando la primera acepción arriba expuesta para post-Literatura, me pregunto qué aporta el prefijo, pues sigue tratándose de dejar constancia escrita de una historia de manera durable. Me pregunto: ¿De qué manera se ha superado la Literatura para merecer un nuevo nombre? ¿Acaso ya no cuenta historias? ¿Acaso no usa la palabra escrita? (Resulta irrelevante de dónde procede la palabra, pues la Literatura, y alguno de sus géneros en especial –a la novela me refiero− han sido voraces integradores de palabras y discursos y formas y recursos extrraliterarios: “Le gusta este jardín, que es suyo? Evite que sus hijos lo destruyan”.) Si alguien me lo aclara, me hará un favor.

Y si atendemos a la segunda acepción, que al parecer es la que aúna mayor consenso en la blogosfera, nos enfrentamos a la paradoja de que es una Literatura definida por ser fragmentaria, compuesta por textos débilmente articulados y que, si bien puede dejar constancia de nuestros días, de la manera actual que tenemos de relacionarnos con el mundo y con el texto, conforma una Literatura que es evanescente y por lo tanto no es “dura”, y probablemente no perdure (o quizás sí, en función del Arte, del estilo y la pericia con que haya sido compuesta).

Pero es Literatura, y en tanto es reflejo de nuestros días, tiene un valor. Porque, volviendo a la definición de base de Literatura, quisiera recordar aquello que en La lección inaugural, en Le plaisir du texte, en Le degré zéro de l’écriture nos enseñó Roland Barthres: la Literatura es sobre todo el verbo en acción; la Literatura es esencialmente la práctica de escribir.

De ahí que no entienda el término post-Literatura en su acepción de Literatura posterior, visto que se trata de lo mismo de siempre: contar historias con palabras; y de ahí que la acepción relativa a la sustancia del relato (los posts, los e-mails, el pastiche, los chats, los sms, el ready-made…) no aporte mucho, pues siempre la Literatura se escribe con el común lenguaje de nuestra cotidianeidad, y la nuestra está hecha de estos mimbres.
Quizás se me escapa algo. Pero no veo la necesidad de un neologismo tan sin sentido. Si alguien me puede ilustrar, lo agradeceré.

0 respuestas a «Post-Literatura: algunos apuntes, o glosas, o comments al respecto»

(este artículo viene a raíz de un intercambio de correos entre el autor y yo)

No deberías preocuparte tanto por las palabras ni por lo que significan. Las palabras son notas musicales que cada autor utiliza según su genio. Y como ejemplo te pongo un caso catalán: Plá.

¿Qué significa «hervido»? Pues que no está crudo, que lo han cocinado con agua. Y Plá nos ofrece una clase de altura literaria utilizando los adjetivos como nadie, utilizándolos donde quiere para recrear la imagen del tipo de su mente exactamente igual en la mente del lector: era un tipo «de aspecto hervido».

¿Qué es postliteratura? ¡Yo que sé!
Sólo sé que he participado en un proyecto que ha sido calificado como tal y que cumple las siguientes características:
– ritmo de sociedad digital
– fragmentación, reflejo de la vida: hace años nuestro abuelo conocía a treinta personas en toda su vida. Hoy nuestros hijos tienen a más de cien agregadas al MSN a la edad de 12 años: su visión de la realidad es fragmentaria porque su universo es mucho más grande que el de su bisabuelo. Del mismo modo que el tren cambió la visión del mundo de quienes antes iban andando o a caballo, internet también ha cambiado esa visión, que nos permite estar en todas partes a la vez, saltar de un asunto a otro e incluso atender varios a la vez.
– aparición del autor colectivo
– interacción con el lector, que puede cambiar el curso de la obra (sobre todo si es online)

Internet permite un mundo virtual que probablemente sólo la postliteratura- tal y como yo la entiendo, no tengo ni idea de lo que dicen los críticos- pueda retratar.
Antiguamente, sólo los escritores podían permitirse el lujo de dar rienda suelta a todas sus personalidades.
Hoy todo el mundo puede.

Espero, Señor Lluch, que le llegue mi agradecimiento por su artículo «Post-literatura…» Con su punto y aparte deshovillado en palabras justas y buen estilo, me ha hecho… pensar.
¿Importa de verdad el neologismo que le inquieta si usted tiene el don de la escritura y yo la suerte de leerle hoy? Creo que no.

Postliteratura es, por ejemplo, literatura escrita en un mundo en el que toda la población es alfabeta y la inmensa mayoría de los lectores son, como mínimo, iniciados en los códigos de la ficción. Postliteratura es, entre otras cosas, literatura en un mudo sin lectores inocentes.

Postliteratura es, por ejemplo, literatura en un mundo donde hay una generación global que ha crecido viendo Los Simpsons.

Postliteratura no es un concepto cerrado ni esperamos que nadie pueda ser examinado de él como materia lectiva. Postiletarura es una inspiración, una intuición muy vaga pero muy sincera de expresar que el mundo se mueve y que «nosotros los de entonces ya no somos los mismos».

La literatura, en todo caso, no se acaba aquí, maese Lluch. Todo esto no es más que la forma de pasar el tiempo mientras nos llega la muerte.

Por lo demás, existe, por supuesto, literatura sin necesidad de narrar historias. La más alta literatura, la poesía, y quizá la fiosofía, no necesitan narrar historias. Todo esto nos lleva a la muy discutida «muerte» de la novela. La novela no está muerta, pero sí está, al menos, de parranda.

¡Y que viva el Concilio de Nicea!.

La relación entre Literatura y blogosfera es algo fascinante.
No tengo claro, de todas formas, de que estén directamente relacionadas, es decir, que pueda alegremente llamarse Literatura a la «producción blog».
La blogosfera parece más bien una gran base de datos de diarios íntimos expuestos públicamente, la expresión actual de esa «solidaridad» de la que hablaba Conrad en su prefacio a «El negro del Narcisus»… o más bien la necesidad de esa solidaridad provocada quién sabe porqué (¿tal vez la soledad dentro de la gran comunidad conectada, de la gran red que nos acerca (aparentemente, claro)?).
Seguiremos dándole vueltas al famoso post-modernismo y su ¿significado?.

Ánónimo: Sí que importan las palabras a quienes con palabras trabajamos; aunque es cierto que sólo se trata de una etiqueta. Será el aburrimiento, Señor Anónimo, el que me hace tropezar con las chinas del camino. En cualquier caso, gracias por el cumplido.

Marisol: Te contradices. No sólo son palabras. Son herramientas, son delicados encajes (fonética, etimología, léxico, ecos, sintaxis…). Y el talento está precisamente en saber tratar con ellas, trabarlas brillantemente, saber qué quiere decir «hervido» para conseguir la feliz aposición que logra Pla y que tú mencionas. Sólo conociendo bien la herramienta puedes sacarle el máximo provecho. Y cada palabra cuenta. Pues sólo (¡nada menos!) con palabras trabajamos.
Por otro lado, las cuatro características que mencionas me parecen insuficientes, y no justifican una nueva etiqueta:
−Ritmo de la sociedad digital. La sociedad se expresa en los periódicos. La Literatura (al menos hasta ahora) expresa el punto de vista de un autor (que legítimamente puede tomar por objeto a dicha sociedad, claro; es más: un autor que se precie no podrá sino trasladar a su mundo el mundo en el que está inmerso).
−Reflejo de vida, fragmentación. Stendhal dejó dicho que la novela era un espejo que el autor pasea sobre el camino. Porque la vida de hoy está fragmentada ¿hay que romper el espejo? ¿Acaso veremos mejor? Miles de pedacitos de espejo desordenados reflejando trocitos minúsculos de realidad sin continuum… mmmmh, lo dudo, pero desde luego, cuando eso se logre, desde luego lo aplaudiré. Y aún más: esta presunta fragmentación: ¿quieres decir que no es más bien síntoma de falta de consciencia…?
−Aparición del autor colectivo. El oxímoron se basta a si mismo para exponer el sinsentido.
−Interacción con el lector. ¿Es que hasta ahora el lector no hacía nada? ¡Cuántos son los lectores que han interactuado con el autor cerrando el libro! Salvo que sea on-line y con los recursos, inexplorados aún, que ofrece el HTML, que yo sepa un libro es siempre una obra conclusa que espera el veredicto del lector.
Internet ofrece un mundo de virtualidades, dices. Es cierto. Pero la Literatura no es internet; ésta es jerárquica a diferencia de la red, cuya característica es la igualdad de sus nodos. Y la sola virtualidad de la Literatura es la que ofrece el autor con la obra acabada.
Que todo el mundo pueda expresar sus personalidades no quiere decir que todo el mundo logre transmitir Arte. Acuérdate del chiste de las moscas: Coma mierda: mil millones de millones de moscas no pueden estar equivocadas. (Y de aquí se derivarán acusaciones de elitismo, etc., etc.)

Maese Miguel: de su apostilla recojo eso de que la post-Literatura es para un mundo sin lectores inocentes. Eso me parece brillante. Pero no todo el mundo sabe quiénes son los Simpson, del mismo modo que no todo el mundo conoce el Concilio de Nicea.

Chesterten: Gracias por la sugerencia de ese prefacio de Conrad. Sí, creo que el yoísmo es un exceso de la blogosfera, el ensimismamiento; pero dudo que esa sea la “solidaridad” que menciona Conrad; yo diría más bien que son voces o gritos en la oscuridad, sólo que ahora se oyen más fuertes. Creo estar de acuerdo con Conrad cuando, para concluir el prefacio, dice: el objetivo de la Literatura (y por extensión del Arte) es “to make (the men) pause for a look, for a sigh, for a smile –such is the aim, difficult and evanescent, and reserved only for a very few to achieve”. Y quizás es porque vivimos en un mundo conectado (en exceso conectado –a cosas, a personas, a patrones de conducta, a obligaciones autoimpuestas, a tantas cosas vanas…) es por lo que necesitamos que el Arte nos conceda una pausa, nos sosiegue el ritmo que la sociedad impone, moderando, reduciendo (down-shifting) sentimientos, tempos, experiencias, espacios. Paradójicamente, esto se puede lograr, entre otros recursos, con una morosidad exigente… que lamentablemente parece no estar al alcance de todo el mundo. Pero esto no es nuevo: ya de lo mismo se quejaba en 1989 Juan Benet, en la revista Nueva España de Asturias: “La gente cree que la literatura debe estar en permanente moción y funcionamiento, y en paralelo al buen estado de las carreteras. Pero el buen estado de las letras depende de los monstruos y el azar. Lo demás es simplemente el mantenimiento de una tradición. Ahora bien, ¿donde nacen los verdaderos talentos?, ¿cómo se forman?, ¿qué sociedad está dispuesta a tenerlos en consideración? Vivimos dominados por el editor, la mediocridad y un gusto consumista donde no entra el talento literario.»

(Escribo desde un teclado aleman, disculpen los puristas por la falta de acentos, no los encuentro en este teclado).

Lo mas interesante de la postliteratura es, quiza, su nombre. Pero es un concepto aun no desarrollado. No puede ser el autor colectivo lo que la defina porque hay casos en la historia de la literatura de creacion colectiva, sin ir mas lejos, la Biblia. La interaccion con el lector tampoco, ya Dickens que escribia sus novelas por entregas, tuvo que modificar,por ejemplo, el final de Oliver Twist ante el clamor popular. Fragmentacion y reflejo de la vida se puede aplicar a todo lo que nos influye en la era digital, no es definitorio de la literatura, a no ser que empecemos a hablar de post existencia digital. Lo de la alfabetizacion tampoco me queda claro, saber leer y escribir apenas no es hoy en dia ser alfabeto a no ser que Miguel se refiera a «alfabetizacion digital» que ese si es un termino postmoderno y diferencial pero conocer o manejar una herramienta no supone literatura. La herramienta: tinta, impresion offset o digital es solo el soporte. La literatura hoy, quiza la postliteratura, se caracteriza o diferencia por la democratizacion de su capacidad de difusion. Cualquiera puede editar, editarse hoy en dia, eso si es a lo mejor el mundo posteditorial.
En cualquier caso aplaudo el esfuerzo de los valientes que sea cual sea el termino que se aplique a su arte, tienen los ovarios de trabajar, publicar y difundir una obra literaria.

La literatura es literatura cuando tiene lectores.
And the rest is silence (P. Auster)

Los humanos nos expresamos oralmente, por escrito, señas, símbolos etc.

Desde niños lo primero que nos enseñan es a caminar y, cada vez antes nos enseñan a leer y escribir pues, estas dos son las herramientas utilizadas universalmente para la comunicación.

Debido a la libertad de expresión y a la vez la posibilidad que nos brindan los blogs foros, muchas personas hemos descubierto lo interesante que puede ser escribir, expresarse de esta manera silenciosa que despierta la curiosidad de hasta que punto puedes mejorar , sin por ello querer ser literato. Es como un pequeño taller de literatura.

Los literatos, son sumamente importantes y deben continuar con su labor para que nosotros, podamos disfrutar de lo que mejor saben hacer ESCRIBIR y asegurarse de hacerlo perfecto para la continuidad de la literatura y para que nunca se pierda el sendero de la autenticidad. Hacerlo perfecto aun sabiendo que muchos no podemos distinguir si así es o no, pero que quede ahí. Esa es vuestra obligación.

Algunos nos pueden consideran usurpadores y que distorsionamos el concepto de lo que es la literatura pero, en realidad una cosa no fusiona con la otra, son completamente distintas.

Siempre digo que cuando uno no se dedica a hacer lo que realmente le apasiona y lleva en la sangre, es el peor de los críticos para quienes lo hacen. “look at yourself”

Dejarnos que nos expresemos, pues solo hacemos eso, y vosotros dedicaros a vuestra devoción.

Puede que esto que expreso no tenga nada que ver con el
post original, pero bueno, así es la post-literatura, no?

Celebro que le interesase ese prólogo donde Conrad expone una declaración de «intenciones literarias» muy interesante (aunque hoy en día superada, claro), especialmente respecto al tema de la «verdad» a lo que, en parte, diría que se refiere su cita.

¿Dónde nacen los verdaderos talentos?
Oiga, me hago un blog si me da usted una respuesta distinta a «crisis» 😛

La verdad es que personalmente se me dan un ardite los deslumbrantes neologismos que vienen a descubrirnos el nuevo mundo literario (y tantas y tantas novedades más), pero comparto su desasosiego ante el manoseo de las palabras. De todas formas, si se remonta un poco más atrás, verá que no hace mucho hasta los Senadores romanos se quejaban de la pérdida de las densidades literarias… jejeje.
No hay forma de evadir los ciclos, ¿no le parece?

Sr. Chesterten, vaya Ud abriendo una cuenta en Blogspot:

los talentos nacen del vientre de las madres, del coño salen; amueblan su cabeza con el Arte y la Tradición, luego con el tiempo desbaratan lo que han aprendido y, liberados de las cómodas, los tresillos y las alfombras raídas, se ponen a escribir (o a esculpir, o a pintar…) con los cojones (o con el coño, según el caso).

Ummm… discrepo, ahí usted define de (desde) dónde nacen los escritores y cómo (puede) llegar a formarse uno como escritor, pero no dónde nace el talento, ¿dónde surge, qué lo genera? 😉

Disculpe el recurso extremo a la sintáxis, pero he de resistirme a Blogspot con todo lo disponible 😛

Sr Chesterten,

empieza Ud a irritarme (amablemente) con su curiosidad; pero comprendo y admiro su resistencia a la «blogspotización».

El talento es un don. No nace, simplemente se despierta, aparece, está. Uno no lo reconoce inicialmente; como la autoridad, es una cualidad que otros otorgan, admiten, aceptan, pero que uno no siempre valora, que a menudo uno no sabe manejar. Quizás por eso los artistas necesitan a menudo el feedback, el aliento, el halago, el empujoncillo, para convencerse de sus capacidades. De ahí que la Post-Literatura (con su característica tan específica de los comments) sea muy golosa para aquellos que empiezan (empezamos). Aunque luego descubra uno que consume mucho tiempo y esfuerzo, que desvía mucha energía que, bien focalizada, daría más de sí.

Y lamento tener que dejarlo aquí, Sr Chesterten. No soy suficientemente talentoso para esbozar una respuesta atinada y satisfactoria a su pregunta. Si da Ud con alguien de talento, pregúntele a él; yo tiro la toalla. Pero extenderé el mantel si un día podemos sentarnos a la mesa, con buen yantar y unos vinos, y podemos enzarzar tertulia: seguro que salen cosas interesantes y puntos en común. 😉

Y con su permiso, volveré a mis labores.

Lamento profundamente irritarle (amablemente) con lo que en realidad era una reflexión en voz alta al hilo de su cita de Benet. No había duelo, ni inquisición ni tercer grado, sino sencilla retórica (pregunta retórica).

Canalice sus energías, el buen vino para mejor ocasión 😉

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *