por Miguel Pérez de Lema
El pequeño Truman era malévolo y tierno, un niño ambicioso que acabó mal.
Podríamos hablar de la gloria mundana y del éxito precoz del pequeño Truman. De sus viajes al Marruecos divino, borracho y sodomita de los intelectuales, de su estrellato en la televisión, inventando el estereotipo del gay televisivo -fino y perverso- que hoy tanto y tan mal prolifera, de su intimidad con la aristocracia de nueva York y con las estrellas de Hollywood, pero todo eso nos robaría al Capote Proscrito.
El Capote Proscrito es un niño de extremada agudeza y sensibilidad al que la vida empieza a darle patadas en la espinilla muy pronto. A los seis años, sus padres se divorcian y pasa a vivir de prestado en casa de la familia materna. Es hijo del error de una madre adolescente, y ha vivido el fracaso continuo en los negocios de su padre.