por Marisol Oviaño
Fotografía: David Luna
Me dicen: “éste acaba suicidándose ¿eh?”
Ojala estuvieras vivo.
Mientras ellos intentan adivinar cuándo y dónde,
dejo que la jauría olfatee
una de tus prendas
y suelto a los perros.
Dirijo la cacería que ha de llevarte al callejón sin salida
y lloro cuando nadie me ve.