Por Miguel Pérez de lema
(Para quienes dudasen de la oportunidad de sacar culos en este blog)
Dónde reposa mejor la cabeza cansada que sobre un mullido culo.
Qué tibieza redonda, frutal, la del culo.
Puerto seguro en medio de tantas tormentas, culo protector, hospitalario culo.
En un tiempo sin certezas qué rotundo y explícito y verdadero, el culo.
En un tiempo de leales al ciento por ciento, qué enseñanza la del culo y sus dos mitades, sus dos cachetes hermanos, el uno por el otro y ambos en un solo culo.
Entre tanta ostentación obscena, tanta riqueza sin valor, qué discreto tu valioso culo, no hay avaricia sino la avaricia de amasar un buen culo.
Nos perdemos, vagamos por la calle hostil y encontramos allá lejos el faro del buen culo, el hito de un culo nos orienta, si hay que seguir algo sigamos al culo.
Nos estafará el arte y sus falsos prestigios, pero oh la belleza del culo, oh clásica belleza, oh venus de Velázquez, culo entre los culos.
0 respuestas a «defensa del culo»
ay, y ¿qué me dices del culo de los futbolistas, por ejemplo? También nosotras gustamos de apoyarnos en ellos
Ah… yo recuerdo ser joven, a finales de los 80, y pasar una tarde entera embelasado en la National Gallery de Londres, admirando este culo sin par, y la magia de la deformación sugerente de la perspectiva, ah…
Sí, este culo me marcó. Otros también, no voy a negarlo. Pero este en particular estimuló en mí una devoción que mantengo a lo largo de los años: el amor a la mujer desnuda, y el amor a la pintura. En esta pintura de gloria ambas devociones se confunden y empalman.