http://www.youtube.com/watch?v=j7HDlwlGlL0
Miguel Pérez de Lema
Desde luego, los jóvenes no saben. Pero tienen claro que los adultos no se enteran de nada. Hay un abismo de buenas formas, medias palabras, desprecios, ruidillos, que impiden la comunicación y el entendimiento. Así ha sido siempre.
Los adultos no saben, pero sobre todo prefieren no saber. Y en entre los adultos están los medios de comunicación, que son lo más pardillo, pijo y tontolhaba del mundo, y los políticos con sus concejalillos de juventud y sus nuevas generaciones de anormales que no durarían ni media hora en el parque de mi barrio sin que les achucharan los pitbul y les dieran todo el palo.
Porque lo que hay, cuando la chavalería sin trabajo ni paro ni estudios se toma el colacao a las doce de la mañana, se pone el chandal y sale a la calle, es la verdad del barrio. España es de barrio. España está en el parque haciéndose un porrito mañanero.
En los 80 había un rock macarra y una rumba criminógena que cantaban estas verdades. A finales de los 90y después parece como si nos hubiéramos ido volviendo medio tolais, con camisas de cuadros y gafas de colores. Y ahora, que podría parecer que somos lo que no somos, que ganamos mundiales y estudiamos ciudadanía, seguimos siendo un suburbio de aluvión, solo que el aluvión venía antes de la España profunda y ahora viene de las cuatro esquinas del mundo, de las cuatro putas cicatrices de la tierra, y la cosa está más loca que nunca.
Bola extra
En Francia el barrio es todavía mas jevi.
2 respuestas a «Minutos musicales: ¿escuchan ahí arriba el rap macarra?»
Lo de Francia no es de ahora. En 1984 Costa Gavras produjo «Té en el harén/jardín de Arquímedes» , con guión de Mehdi Charef, autor de la novela en la que se inspira la película. Recuerdo que me iimpresionó vivamente ver cómo eran los guetos franceses. http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-310/ Y el otro día vi un reportaje en el que salía un barrio de Jaén habitado por gitanos que me puso los pelos de punta. Probablemente el inframundo siempre ha estado, está y estará ahí.
Por lo que yo he podido ver, es un fenómeno mundial. En algunos países, sin embargo, hay un pequeño sector de la población que aún mantiene viva la llama de la civilización. Aquí ya no hay nada que hacer. Lasciate ogni speranza. Mejor dedicarse a hacer la O -o cualquier otra cosa- con un canuto. Carpe diem, y fornicad mucho, que el mundo –tal como lo hemos conocido– se acaba.