por Marisol Oviaño En cuanto llegaron los primeros ejemplares de Sumisión a la trinchera proscrita , aparté uno para mí. Y coloqué todos los demás en el escaparate como si fueran peldaños de una escalera hacia el cielo, en homenaje a la torre Eiffel que ilustra la portada del último libro de Houellebecq. Mientras, la maquinaria de la promoción […]
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