por Marisol Oviaño Ayer estaba en una fiesta de cumpleaños cuando saltó la alarma de mi programador existencial: “márchate, márchate, márchate, márchate”. Intenté hacerme la remolona, pero eso sólo sirvió para que subiera el volumen “MÁRCHATE, MÁRCHATE, MÁRCHATE”. Estuve a punto de preguntar a las personas que estaban cerca si ellas también oían la orden […]
Categorías