por Juan Hoppichler Una vez a Kaligaht llegó una mujer a la que habían echado ácido a la cara. Se moría de dolor y tenía gusanos alojados en las quemaduras. Una enfermera canadiense se los quitó con una solución química mientras le cantaba una nana en francés para tranquilizarla. Esa tarde mi tarea allí fue […]
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