por Marisol Oviaño Hace cinco años, mi amigo Carlos –ahora transmutado en “Diógenes”- tuvo la ocurrencia de empapelar la trinchera, y ahora también librería, proscrita con papel de seda. A él se deben esas paredes que parecen de dibujos animados. “Diógenes” lleva toda la vida experimentando y fabricando cosas con papel: lámparas, plantas, decoración de […]
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