No me parece muy significativo. Si colgáramos un video del aparcamiento del super de mi pueblo, cualquiera podría pensar que en España todos somos multimillonarios. Y hasta hace muy poco, lo parecíamos.
Donde vivo hay varias familias inmigrantes (latinas). Todas ellas tienen unos coches espectaculares, a pesar de que las mujeres son empleadas de hogar y los hombres, que trabajaban hasta hace unos meses de peones en la construcción, ahora mismo deben estar en paro, a juzgar por la cantidad de horas que pasan limpiando, abrillantando, acariciando y hasta besando sus vehículos. (No deben saber que, por mucho que cuiden el coche, cada día que pasa vale menos) Se lo gastan todo en coches, pero siguen viviendo hasta cuatro y cinco familias en un mismo piso. Da pena pensar que han cruzado medio mundo para llegar hasta aquí a imitar lo peor de los españoles: el afán por aparentar que se tiene más de lo que se tiene.
Por las crónicas que Robert nos ha ido enviando, me da la sensación de que en Rumanía debe estar pasando lo mismo que pasó aquí: unos pocos se están forrando (probablemente gracias a la corrupción generalizada, como ha pasado aquí) y andan gastando dinero como si no hubiera mañana. Y la masa, siempre ávida de aparentar, se endeuda para no ser menos.
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No me parece muy significativo. Si colgáramos un video del aparcamiento del super de mi pueblo, cualquiera podría pensar que en España todos somos multimillonarios. Y hasta hace muy poco, lo parecíamos.
Donde vivo hay varias familias inmigrantes (latinas). Todas ellas tienen unos coches espectaculares, a pesar de que las mujeres son empleadas de hogar y los hombres, que trabajaban hasta hace unos meses de peones en la construcción, ahora mismo deben estar en paro, a juzgar por la cantidad de horas que pasan limpiando, abrillantando, acariciando y hasta besando sus vehículos. (No deben saber que, por mucho que cuiden el coche, cada día que pasa vale menos) Se lo gastan todo en coches, pero siguen viviendo hasta cuatro y cinco familias en un mismo piso. Da pena pensar que han cruzado medio mundo para llegar hasta aquí a imitar lo peor de los españoles: el afán por aparentar que se tiene más de lo que se tiene.
Por las crónicas que Robert nos ha ido enviando, me da la sensación de que en Rumanía debe estar pasando lo mismo que pasó aquí: unos pocos se están forrando (probablemente gracias a la corrupción generalizada, como ha pasado aquí) y andan gastando dinero como si no hubiera mañana. Y la masa, siempre ávida de aparentar, se endeuda para no ser menos.