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General Lecciones de la vida

amor de cuento de hadas

por Marisol Oviaño
Fotografía en contexto original: lavozlibre

Miles de mujeres vibramos ayer con el beso de Iker Casillas a Sara Carbonero.
Como en los cuentos de hadas, el héroe había vencido al dragón y ofrendaba su triunfo a la princesa.

Todas hemos soñado alguna vez con un amor así.
Algunas, incluso, lo hemos vivido.
El beso de nuestro capitán me devolvió a la piel el recuerdo de besos del pasado. Besos que viven latentes en la memoria, aguardando el momento de aflorar, para recordarnos cuánto amamos y cuánto nos amaron, para hacernos suspirar.

Pero, si la memoria guarda los besos, el corazón recuerda en cada latido las cicatrices que dejaron los amores de cuento de hadas; la sabiduría que sedimentó tras cada batalla guía ahora los pasos, y los ojos sonríen con la escéptica mirada de quien ha sobrevivido y está dispuesto a seguir haciéndolo. Sin inocencia.

Aunque yo ya no crea en el amor, aplaudo que quienes todavía no han paseado entre sus ruinas humeantes, se amen contra viento y marea. La juventud es para amar sin medida, la vejez para sonreír recordando los excesos amorosos. Hay que usar el amor hasta que se rompa, como decía la canción.
Disfrutadlo mientras dure, chicos.
Siempre os quedará un beso inmortal que recordar.

(Si quieres ver el video del beso, pincha aquí)

0 respuestas a «amor de cuento de hadas»

Eres una maestra. Aúnas contenido y técnica. Con la maestría de los virtuosos maduros te bastan cuatro líneas para abrir puertas mágicas hacía dentro y hacia fuera, hacía delante y hacia atrás del alma humana. Eso es el arte.
No eres la primera persona a quien digo esto, pero sí la primera escritora. Antes fue a músicos.
Nada hay más aburrido que los juegos florales de las técnicas (música, pintura, letras, etc. ), sin nada que decir ( o muy poco ) aparte de la autocomplacencia del autor.

En este texto me ha maravillado, especialmente, cómo juegas con el tiempo de la vida, el pasado, el presente, el futuro que sutilmente obligas a inferir… y todo ello es presente. Haces que lo sucesivo sea simultáneo, pero como un sentimiento, no como un razonamiento. Y no caes en el recurso fácil de la nostalgía. Al revés, eres una ganadora.

Gracias por darme estos momentos a las 6 de la mañana. Me hace sentir que no todo está perdido… aún quedan cerebros dignos de llamarse así.

Bello, Marisol, bello.
Bello aquel momento y bello tu texto.
La pasión existe. Tan sólo dejará de expandirse en el momento en el que el corazón decide pararse y no volver a bombear. Sin embargo, el amor, la pasión que bombeó durantes los años en los que ese corazón sintió, viajan por el universo.
Me temo que sé de lo que hablo.
Salud para disfrutar de la Vida.

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