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Las peluqueras y la revolución

por hija de cristalero
Fotografía de El marido de la peluquera
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Es tradición que las revoluciones empiecen por la sublevación de un sector productivo de la economía: el campesinado, los mineros, los obreros… Y en España, si la cosa sigue así, la revolución empezará de la mano de las peluqueras de Cataluña.

Ahora la SGAE quiere que paguen entre 6 y 12 euros al mes, según tamaño- han debido copiarlo de la primera ley antitabaco- , por poner la radio para su clientela.
¿A quién se supone que defiende la SGAE? ¿A los autores? A mí, como autora, me dices que vas a poner un impuesto revolucionario a quien que da a conocer Proscritos a sus clientes, y te parto la cara, por gilipollas.
Eso se llama publicidad, cuesta una pasta y la peluquera me la da gratis, imbécil.
Lo más alucinante de todo es que la SGAE es una entidad privada que recauda impuestos- que se saca de la manga- como si fuera una institución estatal y construyera carreteras y hospitales para todos.

Pero no acaba ahí el drama de las peluqueras de Cataluña.
No ha terminado de irse el inspector de la SGAE, y le llega el policía municipal diciéndole que, como en su cartel no pone Peluquería El Corte Inglés en catalán, tiene una multa de hasta 10.000 euros. Los políticos catalanes, como toda la clase política española, no tienen ni idea de lo que cuesta ganar el pan con el sudor de su frente, no saben lo que es no pegar ojo pensando en cómo vas a pagar este mes a los proveedores. No lo saben por la simple y sencilla razón de que, cada vez que necesitan pasta, se la quitan al trabajador y santas pascuas. Nadie ha pensado de dónde van a sacar los pequeños comerciantes, que sobreviven como pueden, el dinero para pagar las rotulaciones, pero eso ¿a quien le importa? O pagan o les parten las piernas. Perdón, en este caso no les hace falta la violencia física: es lo bueno de poder extorsionar con la ley en la mano.

La SGAE ha empezado por las peluquerías, pero no nos llamemos a engaño: con el dinero que recauden podrán contratar más inspectores para mandarlos a talleres, tiendas, oficinas y, si nos apuramos, a nuestra propia casa ¿por qué no?

En Cataluña los políticos roban al pueblo en defensa del catalán –lo de menos es lo que más se ve: que es una medida dictatorial-, pero no nos engañemos: en Madrid lo hacen en defensa los planes megalómanos de alguno o de los Gays de Liberia. Que se lo pregunten a quienes viven en la capital: este año han pagado dos veces el impuesto de recogida de basuras. (Que por cierto, si lo piensas, las empresas que se están forrando con el reciclaje- que siempre suelen ser del primo de algún concejal-, deberían recogerla gratis)

Tendríamos exigir una ley que limite la presión fiscal que un individuo puede recibir de su Ayuntamiento, su Comunidad, su País, la Unión Europea y las asociaciones de artistas o de pescaderos. Es decir: que si tu sueldo lleva años sin subir, por ley esté prohibido que tu Ayuntamiento, tu Comunidad, tu país, la Unión Europea y las asociaciones de artistas y pescaderos, te aumenten a la vez y sin límite los impuestos. Todas las Administraciones presionan cuando se ven sin fondos, y es a nosotros a quienes exigen el esfuerzo.

A este paso, a la peluquera le va a salir más rentable cerrar la peluquería, despedir a sus empleadas, dar su tarjeta a las clientas y lavar y cortar en casa, sin rendir cuentas a nadie. Sacará para comer y vivirá mucho más tranquila. ¿Cómo no va a haber economía sumergida? Es el único refugio que le queda al ciudadano cuando los políticos parecen haberse vuelto locos y haber olvidado que el pueblo, además de votar, también come.

Para sacar al país del hoyo, para exigir sacrificio al pueblo, los políticos deberían predicar con el ejemplo y sacar leyes que les afecten también a ellos. Como por ejemplo, leyes que prohíban las pensiones vitalicias de diputados, ministros y demás, que regulen los sueldos de los cargos públicos y les prohíba subírselo cuanto quieran, y que les obligue a cotizar exactamente igual que cualquier otro ciudadano.
Pero eso no lo verán nuestros ojos.

Primero se llevaron a las peluqueras…

0 respuestas a «Las peluqueras y la revolución»

Hija de cristalero, ¡¡¡cuanta razón tienes en todo lo que dices!!!, pero además voy a añadir a la lista que tu haces de instituciones y personas non gratas que retuercen el brazo a los débiles, a la Banca y a las Compañías Aseguradoras. Comisiones por todo, subidas de diferenciales de préstamos, subida arbitrarias de primas, rehúses arbitrarios de siniestros,…y tambien tienen la ley de su lado, el Estado bien que las ampara.

Hum, yo creo que no hay que confundirse de saco, Ariadna.
La banca merece un capítulo aparte ella solita, pero no hay que confundir la voracidad de las emrpesas privadas con la voracidad de los recaudadores estatales.
Son emrpesas privadas y tú, al menos sobre el papel, puedes elegir contratarlas o no.

Pero no puedes elegir los impuestos, porque esos son obligatorios.
Los políticos te dirán que sí puedes elegir: en las elecciones, pero apuesto a que nadie habría votado que se sacara la manteca a los pequeños comerciantes, a que eso no estaba en ningún programa electoral.
Y respecto a la SGAE: esos ni siquiera necesitan que les votemos, están por encima del pueblo y del Estado.

Hola Marisol, tienes toda la razón en tu distinción, yo simplemente quise incluirlas en la lista que pensaba que era de instituciones que retuercen a los débiles, aprovechando su cercanía al poder político, puesto que la banca y las Compañías de Seguro reciben mucho dinero público de manera opaca y sin control por los ciudadanos (se ha comentado abundamentemente en la prensa en último año) y tienen a la ley (manifestación pura y dura del poder del Estado) de su parte.
Y en cuanto a la libertad de contratar o no: si alguien aspira a recibir una indemnización del Consorcio de Seguros (institución pública dependiente del Ministerio de Economía) por ejemplo por una catástrofe meteorológica, ha de haber tenido contratada una poliza de seguros en una Compañía privada, que cobra la prima de consorcio al asegurado, asi es por ley. Esta colaboración tan estrecha no es por amor al arte y alguien tiene que hacer esta función social, pero bien que le sacan beneficios a dicha colaboración…no te dejan hacer una poliza solo de consorcio para tu casa o tu negocio. Asi que obtienen un poder y una prevalencia gracias a su cercanía con el Estado, a tener en cuenta, por muy libre que seas de no contratar con ellas, ¡qué alivio, eres libre de elegir no contratar poliza y no recibir un duro de indemnización cuando se inunda tu casa porque han llovido 200 litos por metro cuadrado en un día!

SGAE por un lado y por otro; suena como a nebulosa perdida en el espacio exterior, como a malote de película al que nunca se le ve el rostro. ¿No convendría empezar a poner nombres y apellidos a quienes conforman la SGAE? comenzando por quienes en su interior toman y secundan las decisiones de a quien se le va a cobrar un dinero por, por ejemplo, poner el radio como ruido de fondo en una peluquería. Mientras se siga hablando de la SGAE cual entidad incorporea carente de padre y madre, poquito se va a poder hacer para evitar los absurdos en los que está incurriendo. Nombres y apellidos de responsables es lo que hay que difundir, y luego, pedir cuentas y explicaciones de tan ridículo proceder.
Saludos

Ya lo creo, hijadecristalero.
Buenísimo, anónimo, has dado en el clavo de esa sociedad privada que, como tal, ha de generar beneficios, no es una ONG. Por cierto, toda esta barbaridad surrealista del canon a todo quisqui, NO llega al autor. Muchos pueden, lamentablemente, acreditar esto que digo, por ejemplo, Luis Cobo EL MANGLIS (no el otro), uno de los padres del rock andaluz (y entre otras bandas, guitarra de Triana). Le deben un pastón.
Qué barbaridad más estúpida, cualquier dia, la junta directiva de la sociedad general de autores, como digo, empresa privaday, ávida en ánimo de lucro, ¡¡¡pretenderá que le paguemos por pensar en determinada canción!!!

Qué sorpresa, aparte de las disqueras ¡son puros Dones y Doñas! (en mi tierra solo se le dice Don a quien, por algún mérito, se le tiene mucho respeto).

Es buenisimo,nos da a conocer como hay gente que sin pegar palo al agua viven de ordago. Quien controla si ese dinero va a parar a los autores de verdad.Como puede ser legal cobrar varias veces la misma cosa a la radio ademas al establecimiento… y donde va el dinero se declara todo. De esta manera abra que cobrar por pasear por un jardin,ciudad… ir vestido,bicicleta,… todo lo realice un autor.Y si canta un pajaro que hay que pagar a la protectyora de animales…Lo mejor es que ilegalizaran SGA y saber quienes son y donde va sus ingresos….

Y lo último: intentan cobrar a un Instituto por una obra que van a interpretar los alumnos. ¿Pueden los inspectores de la SGAE colarse en un Instituto por las buenas a controlar?

Y ¿por qué no hacer pagar a cada alumno cada vez que examinen de literatura?

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