por Marisol Oviaño
Coincido con Fulanita, a quien hace meses que no veo, y me saluda como si hubiéramos estado juntas ayer.
– Es que te leo siempre, maja. Nunca escribo nada porque yo no soy de escribir, pero me encanta leerte.
Me cruzo con Menganito, de quien no sabía nada desde hace un año, y me pregunta por algo que me sucedió la semana pasada.
– ¿Y tú? ¿Cómo sabes eso?
– Anda, porque te leo.
En la pantalla de mi móvil palpita un nombre que me hace sonreír por dentro y por fuera. Mientras desgranamos confidencias a media voz, me doy cuenta de que me habla como si sólo hiciera unas horas que le di un beso de despedida antes de subirme al coche.
– ¿Tanto tiempo hace?- se sorprende él- No puede ser.
– Calcula ¿cuánto hace que te mudaste?
– Joder, es verdad. Pues yo tengo la sensación de que siempre ando contigo. La culpa es de la literatura.
– ¿De la literatura?
– Te leo todos los días.
Escribe y verás mundo, decían.
Escribe y conocerás gente, decían.
Escribe y comprenderás, decían.
Y al final, tanto escribir para esto: para que mis palabras usurpen mi lugar en el corazón de los demás.
Si no estuviera tan feliz viviendo, mirando y tomando notas, tendría celos de lo que escribo.
0 respuestas a «A mis amigos»
Que hermosa sansación usurpar el corazón de los demás… sobre todo x culpa de la literatura,que caricia de ego mas plena ¿no es así Marisol?-Susana ( una mujer argentina).
La sensación no es la de usurpar el corazón de los demás, sino la de que lo que escribes baste para sustituirte en el corazón de los otros. Pero sí, es una caricia. A qué negarlo.
Nuestros pensamientos escritos no te sustituien,sino penetran en el corazon de los que te queran leer,y entonces te tienes que sentir bien,porque les importas,que es lo que cuenta.Umilde respuesta de fiel seguidora que os lee.Simona