por Juan Hoppichler
Fotografía en contexto original: xnem
Reencuentro fortuito con Jara en la Filmoteca. Hacía casi un año que no nos veíamos.
Ha vivido un año en Berlín, la mayor parte del tiempo de okupa. Da la impresión de que se ha metido en bastantes líos y no siempre ha salido bien parada. Pasó unos días en la cárcel por los trapicheos de un novio que tuvo. Sus amigos la dejaron tirada por no sé qué asunto comercial, y unos turcos le robaron la documentación y todo el dinero. Acabó en la calle, y se lió con un señor mayor a cambio de alojamiento. Pero le aguantó más bien poco. Machacada pero no vencida, volvió a Madrid haciendo autoestop y durmiendo a salto de mata. De hecho, tiene el ojo algo morado, de una vez que la echaron a golpes de un almacén cerca de Perpiñán donde se metió a dormir.
Me gusta, ya no baja la cabeza si la miras a los ojos.
0 respuestas a «No hay palmeras en la ventilla, 13»
En Buenos Aires, ciudad del pais en que vivo, hay un desfile de «JARAS» desgraciadamente dispersas,Jaras, que deben de ser ocultadas ante el Turismo y otras veces objeto de «curiosidad» del mismo.Pocas veces observo que se las mira a los ojos, advierto que a ellas ya no les importa.Susana (una mujer argentina).