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Carta anónima de un currante aterrorizado

Fotografía: Asamblea en la fábrica Putilov

(Nota de la editora: Esta carta ha llegado a la redacción de Proscritos, y su autor nos ha pedido que mantengamos su anonimato. La publico porque creo que refleja el ánimo de muchos ciudadanos. Cuando hombres honrados que llevan treinta años cumpliendo con su trabajo, comienzan a hablar de tiros en la cabeza, hay que detenerse a escuchar. Y no pueden esperar que ningún medio les escuche, ningún banco les financie ni ningún político les represente.)

currante aterrado

Sr. Gobernador del Banco de España, Sr. Presidente de la CEOE, recen Vds. por tener la misma suerte de su, supongo buen amigo, Sr. Boyer, que estableció los contratos basura: hasta hoy no ha habido ningún trabajador que haya tenido la valentía suficiente para levantarle la tapa de los sesos con un buen tiro en la cabeza, que tan bien se ganó.

Sigan proponiendo el abaratamiento del despido, es de suponer que lo ideal sería la gratuidad total. Ya veremos que le parece a trabajadores con más de treinta años de antigüedad en una empresa, cuando de una patada en el culo los pongan en la calle. Son conocedores y sufridores de la otra de las grandes genialidades de los doctores económicos del país:los “Pactos de la Moncloa” de 1977, a partir de los cuales han vivido una esquilmación salarial permanente, año tras año, por la avaricia desproporcionada de los insaciables directivos de la empresa para la que trabajan, llegándose a la bochornosa y vergonzosa situación del “mileurismo” generalizado actual.

Otra cosa, Sr. doctor de la economía presidente de la CEOE, ¿cómo va Vd. a pedir el despido libre (que según declara a la prensa no ha pedido) si el despido libre hace muchos años que ya existe en España? ¿es que su desconocimiento de los asuntos laborales es de tal calibre que ignora la normativa laboral más elemental?. No, no creo que sea eso. Lo que realmente debe suceder es que Vd, actúa como todos los poderosos y sus obedientes lacayos de este país, sencillamente tergiversa las ideas para confundir a todos y poder colmar impunemente la desmedida avaricia de la que enfermizamente disfrutan.

Por cierto, Sr. doctor de la economía gobernador del Banco de España, no le hemos oído pronunciarse sobre las (no en pesetas sino en euros) multimillonarias dotaciones a los fondos de pensiones para directivos de la banca, ni de las indemnizaciones por renuncia o cese (ya que entre ilustrísimas nunca se pronuncia la palabra despido) que figuran en los “contratos blindados” de esos mismos directivos, ni de los “bonus” con los que la empresa les prima su eficiente gestión, tan eficiente que ha originado la actual crisis financiera. Tampoco le he oído pronunciarse negativamente sobre las ayudas estatales a la banca. Será que en tiempos de crisis es bueno repartir. ¿Pero eso de repartir no era cosa de comunistas (malo, caca, pedo, pis)?. Ya, será que se trata de comunismo cuando se reparte entre pobres. Entre millonarios debe llamarse de otra manera.

Un currante aterrorizado.

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Algunos nos vimos casi en la ruina, apunto de perder nuestras casas por intentar sacar adelante una pequeña empresa. El estado nos dejo de lado como a hijos bastardos de los que nunca quiso oír hablar. Es más fácil contentar a un puñado de ricos que a una mayoría de curritos. Algunos en su momento pedimos ayuda a gritos. No para que nos dieran dinero para sacar nuestras pequeñas empresas a flote, si no para que la propia administración nos pagara y no nos pusieran mas lastre en nuestros cuellos.
Ayer sin ir más lejos me encontré en el súper del pueblo con uno de mis extrabajadores. Tenía en la cesta cinco kilos de arroz. Es todo lo que podía comprar. Le hice la compra para por lo menos dos semanas. Y me fui a casa con el ánimo por los suelos.
Yo, ahora trabajo para otro por un sueldo de mierda.

El problema es que, cuanto más caro el despido, más empresas quiebran y más trabajadores se quedan en la calle. De modo que, si los sindicatos no se avienen a abaratar el despido, las probabilidades de que un trabajador se quede en la calle aumentan, y no al contrario.

En algunos paises europeos los sindicatos han aceptado rebajas de los sueldos para no perder al menos los puestos de trabajo, y en esos paises la crisis está siendo mucho menos dolorosa.

Durante los últimos 8 o 10 años, muchos trabajadores en España no sólo no han ahorrado un duro, sino que se han endeudado con créditos que ahora no pueden pagar. Los (poquitos) que han preferido ahorrar están hoy en una situación mucho menos mala que los que han fundido tarjetas de crédito en gastos no siempre imprescindibles.

Quizá esta crisis enseñe a muchos a vivir al nivel, y no por encima, de sus posibilidades. Una receta útil es: no te fies nunca de lo que hace la mayoria de la gente. Los individuos se equivocan a menudo, las masas se equivocan siempre.

Lo que dice Ricky no está exento de lógica. Pero no olvidemos que se está hablando de abaratar el despido mientras los politicos siguen tapando agujeros de la banca y de las cajas con el dinero de nuestros impuestos. Nos piden que el pueblo cobre menos dinero para que, quienes jamás pasarán hambre, cobren más.
Sí, mucha gente ha vivido por encima de sus posibilidades: pero el que debe 200.000 euros será perseguido, y al que debe 200.000 millones de euros, el Estado le ayudará con el sudor de nuestra frente.

Coincido con vosotros tres y bastante menos con el currante atemorizado que se le olvida que la Ley mantiene los derechos adquiridos. Asi que los empleados privilegiados que se hayan mantenido en la misma empresa treinta años no han de temer nada de una reforma laboral y la patada en la calle les dejaría con una maravillosa indemnización que lastra a las empresas y que les impide realmente sustituirlos con gente más joven y competitiva.
Y los demás, que obviamente somos más jóvenes ya sabemos lo que tenemos, gracias al Sr. Boyer y a quienes hacen de la antigüedad en la empresa un valor en si mismo y solo es un blindaje (leer aqui blindaje de enlaces sindicales y otras rémoras para su compañeros trabajadores más jóvenes, gente que entró con catorce años en la empresa y que no se han molestado en hacer en un solo curso de reciclaje y que el ordenador les da miedo… no porque se lleven treinta años se va a saber más que nadie ni menos que nadie, depende mucho de cómo sea la persona y qué inquietudes tenga: calentar la silla hasta la hora de salida o desarrollar su trabajo)
No pretendo ser demagoga ni ofender a nadie en concreto, pues reconozco que hablo desde la visión personal (y de la generación taponada por la antigüedad laboral de los dinosaurios) que tengo de las Compañías de Seguro y Bancos, solo quiero puntualizar el asunto de la antigüedad laboral según la ley, que mantiene los derechos adquiridos y no es lo que dicen por ahí…

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