Por Marisol Oviaño
Fotografía en contexto original: El Mundo
El hijo de la primera víctima mortal de la gripe A, Dalila, ha muerto por un error imperdonable. Un error que no cabe en la cabeza de quienes conocemos bien las UCIs de neonatos. (Ver noticia en El País)
Leo en la prensa que era el primer día de la enfermera en neonatología, que no tenía especialización… Nada de eso justifica el error. Mi hija estuvo mucho tiempo en una UCI de neonatología (la de La Paz, beso por donde pisa su personal), y además, hasta que la intervinieron para instalarle una sonda gástrica, tuve que alimentarla a través de una sonda nasogástrica. Yo no había estudiado enfermería, ni tenía por supuesto especialización ninguna, pero jamás habría podido confundir una jeringuilla de alimentación con una jeringuilla con medicación.
Las primeras son muchísimo más grandes por una sencilla razón: un bebé, especialmente si es prematuro, toma unas dosis de medicina pequeñísimas ¿cómo se pudo confundir una dosis de comida- piensen en un biberón lleno de jarabe – con una dosis de medicina? No me cabe en la cabeza como puede alguien, no ya una enfermera, sino un ser humano con dedos de frente, pueda cometer semejante error.
Y, además, se supone que las enfermeras siguen las pautas que prescriben los médicos, esto es: cumplen órdenes, siguen un protocolo. Si nadie había pautado que al niño le metieran comida por la vena, es que la enfermera no se molestó en leer lo que había que hacer. Si era eso lo que estaba pautado, la enfermera es inocente. Aunque sigo sin entender cómo no se dio cuenta del terrible error.
Habrá que ver quién tiene la responsabilidad en este caso. No sé si se deberá a la política de Espe- últimamente todo el que pasa por un hospital público cuenta historias de terror-, a una negligencia de la responsable de la UCI, a una negligencia de la farmacia, a una negligencia de la enfermera…Ya nadie devolverá la vida al niño.
Pienso en su padre, que perdió a su mujer hace sólo unos días.
Pienso en su abuela, que ha perdido a la hija y al hijo de su hija.
Me pongo en su lugar, y me pregunto que habría hecho yo, si un día, al entrar en la UCI de neonatos a cantar nanas a mi hija, me hubieran dicho que la habían matado por error.
Se me ponen los pelos de punta sólo de pensarlo.
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Cuando esta mañana me enteré de esta horrible noticia, me hice más o menos todas cada y cada una de las reflexiones que cuenta aquí Marisol. Estoy totalmente de acuerdo con ella. En lo único que matizaría el contenido del texto, según mi parecer, es la referencia de refilón a una responsabilidad política, ya que no veo al menos de momento por qué. Negligencias médicas hay en la sanidad pública y en la privada. Historias de terror… los que mejor las cuentan son los médicos, muchos trabajan en la S. pública y en la privada.
Hola, ya están en los principales diarios desde ayer la noticia del informe del Consejo de Enfermería, que indica que «La enfermera que cuidaba a Ryan no tenía la formación adecuada». Dicho informe critica también la aplicación de un sistema de «bolsas de únicas» de contratación donde se adjudican los puestos sin tener en cuenta la experiencia y a la Gerencia del Hospital. Ya veremos como al final lo que nos cuenten de lo que se decida en el juicio contenta a cada de una de las partes implicadas, gracias a que cada parte encontrará un medio de comunicación amigo que resaltará y obviará los detalles a conveniencia, y nos quedaremos sin enterarnos…