Miguel Pérez de Lema
Se cumplen 20 años de este clásico del cine español. Sería divertido leer las críticas de su estreno y su probable escaso éxito de taquilla.
Alguien debería estudiar cómo ha crecido el culto por esta película con el paso de los años. Cómo una generación la fue descubriendo el los video clubs de barrio -mi caso- y se quedó deslumbrada y enganchada.
Una de esas películas que te ponen de buen humor durante días, que te desatan la risa de pronto, estando solo, cuando te viene a la memoria una frase del alcalde «Ha habido elecciones y hemos ganado los de siempre», o del cura: «¡y no lo digo más!», o del gran Luis Ciges: «¿Supongo que me respetarás, no hijo?».
Soy, como se ve, de esos frikis que se la aprendieron de memoria. Interesante también este fenómeno de las películas que la gente se aprende de memoria. Todo un subgénero ignorado.
En fin, «Amanece» sigue fresca y llena de gracia porque nació con hechuras de clásico sin proponérselo. Incluso con ganas de ser anti clásico, o anti cine, pero sin acritud, y sobre todo con el talento de ser un anti tópico español a base de sobredosis de tópicos españoles de posguerra -esa cruz- elevados al absurdo y pasados por el surrealismo.
Una locura irrepetible.
A la altura de «La vida de Brian».
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=D-o5bahaCv8&feature=related[/youtube]
0 respuestas a «20 años de ‘Amanece que no es poco’»
Mi diálogo favorito:
Resines: ¿Por qué mataste a madre?
Cigés: Porque era muy mala.
Aquí la crítica que le hicieron en El País.
CRÍTICA: CINE
Ideas sin imágenes
ÁNGEL FERNÁNDEZ-SANTOS 20/01/1989
Después del éxito de El bosque animado, uno de los más notables del cine español reciente, José Luis Cuerda debiera habérselo pensado dos veces antes de filmar su siguiente guión, Amanece, que no es poco. La solidez de El bosque animado proviene de la del guión que hay bajo ella, en el que el pretexto literario de Fernández Flórez obtuvo una expertísima traslación a imágenes por el guionista Rafael Azcona. Sobre este suelo, Cuerda pudo caminar cómodamente con su cámara y salir airoso de un trabajo dificil sobre el papel.Ahora, con Amanece, que no es poco, Cuerda se ha propuesto sacar adelante algo más complicado: una película de ambiciones corales en la que se entrelazan decenas de esbozos de personajes y situaciones, con presencia casi constante de varios intérpretes en la pantalla, en la que pretende conjugar sainetes, chistes, situaciones de corte surrealista, y todo ello, además de con tono de búsqueda de autoría y sello propio, adornado con ecos, más o menos lejanos, del cine de Buñuel, Berlanga, Fellini y en aspectos concretos del de Vittorio de Sica en Milagro en Milán.
Coro y desfile
No logra Cuerda su propósito, ni podía lograrlo, por dos causas graves. Una consiste en que el carácter coral de su película es sólo epidérmico y aparente: hay, en efecto, muchos personajes, pero no existe en el filme un verdadero engarce orgánico entre sus respectivas funciones, de tal manera que la multitud de tipos y situaciones no componen la piña de un coro, sino un desfile invertebrado, pues sus respectivas historietas no se combinan recíprocamente conformando una sola, sino que se suceden una tras otra sin unidad alguna.La segunda causa es de medida y de graduación. El espectador ríe durante los primeros minutos del despliegue de anécdotas, pero poco a poco la fuente de la risa se va debilitanto y a media película se agota y desaparece. El desequilibrio del guión es grande y candoroso. Con un mínimo de autoprotección, Cuerda debiera haber dosificado recursos, administrado y ordenado gags -casi siempre verbales y no visuales, pues la abundancia de ideas contrasta con la escasez de imágenes- de menos a más.
Pero Cuerda no lo ha hecho así y su filme paga caro este mortal descuido: a fuerza de ver una y otra vez la mecánica interior de los chistes, éstos, por acumulación desordenada, se vacían progresivamente de gracia, la película pierde vértebras y rumbo en sus tramos finales y, cuando debiera elevarse, cae en picado y naufraga.
Dirección y guión: José Luis Cuerda. Fotografia: Porfirio Enríquez. Música: José Nieto. España, 1988. Intérpretes: Antonio Resines, Luis Ciges, José Sazatornil, Cassen, Pastora Vega, Ovidi Montllor, Chus Lampreave, Manuel Alexandre, Miguel Rellán, Rafael Alonso, Queta Claver, Antonio Garnero, Aurora Bautista, Gabino Diego, Violeta Cela. Estreno: Proyecciones y Torre de Madrid.
Muchas gracias a quien colgó esta crítica. Es un gran ejemplo de relleno forzado de hoja en blanco, intento de deslumbre intelectual, perorata infumable…
Yo hace tiempo que no leo crítica cinematográfica.