por Marisol Oviaño
Fotografía en contexto original: lasclasesmedias
Eloy pensaba que el Sistema funcionaba hasta que el Ayuntamiento de A dejó de pagarle un par de facturas que significaban el 60% de sus ingresos anuales. Tuvo que invertir todo lo que había conseguido ahorrar en los años de bonanza en pagar abogados que llevaran al Ayuntamiento A ante la Justicia. Hace dos años que ganó el último juicio, el juez dictó una sentencia firme en la que condenaba al Ayuntamiento a pagar lo que le debía, pero a día de hoy, Eloy no ha cobrado nada y ha perdido todos sus ahorros. Durante todo este tiempo, el Alcalde y los concejales del Ayuntamiento A se han subido el sueldo varias veces, y no han renunciado a los coches oficiales ni a los guardaespaldas.
Por suerte, es un buen profesional y no ha tardado en encontrar más clientes. Uno de ellos le ha encargado un proyecto que le daría de comer durante seis meses. Pero para acometerlo, necesita comprar equipos informáticos nuevos.
Ha acudido a los bancos, pero aquellos que tres años antes intentaban convencerle de que pidiera un crédito para irse de vacaciones al Caribe, “los bancos estamos para eso”, le han cerrado la puerta y le han dicho que, lo sienten mucho, pero que no pueden hacer nada por él.
Lo siguiente ha sido darse de baja de autónomos y buscarse la vida trabajando de lo que sea, a salto de mata y de espaldas a la Seguridad Social. Ha alquilado una habitación a un hermano que se acaba de separar, y entre unas cosas y otras consigue sobrevivir y pagar la hipoteca casi a tiempo. Pero no pudo llegar a pagar el recibo del I.B.I. de su piso, que el Ayuntamiento B ha incrementado el 50% en el último año para poder seguir manteniendo las prebendas de quienes se sientan en el Consistorio.
Si el Ayuntamiento A hubiera pagado a Eloy lo que le debe, él habría podido invertir en equipos informáticos, seguir cotizando a la Seguridad Social y pagar el I.B.I. de su casa.
En estos días, Eloy aguardaba como maná que Hacienda le devolviera en dinero que le correspondía en la devolución de la renta. Pero hoy ha recibido una carta en la que le dicen que no habrá devolución porque tiene una deuda con el Ayuntamiento B.
De lo que a él le debe el Ayuntamiento A, no dicen nada.
0 respuestas a «Cuando el Estado es el enemigo (y no es la primera vez que utilizo este título)»
¡Fascista!
jijiji, o anarquista, que también me/nos llaman muchos así.
Por desgracia, esta historia es como los buenos culebrones…»real como la vida misma». Y si te quejas de forma furibunda…tienes que asumir que tan sólo eres del Frente de Liberación «Furibundo» Martí.