Imagen original en www.terrassadigital.cat
Miguel Pérez de Lema
Siempre recuerdo cómo relataba Buñuel en sus memorias el ambiente de odio desquiciado en el Madrid previo al inicio de la Guerra Civil. Contaba cómo había leído en un periódico radical de izquierdas el apaleamiento de dos sacerdotes por parte de unos jóvenes comunistas. El periódico, contaba Buñuel, narraba más o menos así el suceso: «En la tarde de ayer un grupo de jóvenes salían de un acto del partido X, cuando por la acera de enfrente vieron caminando a una pareja de sacerdotes. Ante tal provocación…»
Buñuel subrayaba ese «ante tal provocación» como el ejemplo perfecto de lo que unos españoles pensaban de la existencia de otros españoles. Y viceversa.
Luego hubo medio millón de muertos.
Lo cual que esta tarde Tele 5 ha colocado una pantalla gigante en la plaza del pueblo de Tarrasa, de donde es ese pedazo de monstruo del fútbol español llamado Xavi Hernández, para que la gente pueda ver a su convecino y pasar una rato agradable con los niños y los abuelitos. Y comer unas pipas a la fresca y tomar unas mirindas. Todo un acto de opresión imperialista, como se ve.
Y claro, «ante tal provocación» unos gudaris con barretina se han visto obligados a purificar la plaza del pueblo con un coctel molotov -otros hablan de una garrafa de 5 litros de gasolina bajo el escenario- y no han socarrado a alguien de milagro.
Tarrasa da gente de primerísima calidad, de categoría mundial, como Xavi Hernández, que dicho sea de paso ha sido elegido mejor jugador del partido, como casi siempre, y también algún que otro hijo de puta.
Yo, claro, me quedo con Xavi.
El mejor de España.